delSANTIAGO.- La Iglesia Católica deploró lo que califica “espiral de violencia que  vuelve nuestros espacios cotidianos un infierno”.

En el editorial de su semanario Camino,  en su última tirada, establece la indignación de la sociedad porque la inseguridad afecta el tejido social de la familia dominicana en todos sus segmentos.

“Todavía corren lágrimas por las mejillas de los familiares de la segunda teniente de la AMET, Mercedes del Carmen Torres Báez, asesinada por delincuentes para quitarle su arma de reglamento mientras dirigía el tránsito en una calle de Santo Domingo”, comenta.

Entiende que, en el caso de la oficial, su condición de madre, que deja en la orfandad a cuatro hijos y una nieta, hace más dolorosa la tragedia que se robó la alegría de su familia para siempre.

“Lo hemos dicho en otras ocasiones y jamás nos cansaremos de repetir que la violencia y la inseguridad ciudadana  están deteriorando de forma dramática el tejido social de las comunidades rurales y urbanas”, considera el semanario.

Indica que se han sembrado tantos vientos desintegradores, echando a un lado los valores que dan sentido a la vida,  que hoy la tempestad está tocando la puerta de cientos de hogares que lloran la muerte de un ser querido.

Afirman los católicos que, igualmente, la sociedad viven en un pánico permanente porque uno de sus miembros ha sido atracado, herido o muerto por los antisociales que han hecho del crimen un estilo de vida.

Advierte que se ha llegado a estos niveles de violencia porque el crimen y el delito no han recibido la sanción y castigo que merecen.

Reflexiona la Iglesia Católica que el problema es que un chofer o conductor viola la luz roja del semáforo y nada pasa, el político desfalca el Estado y todo sigue igual, incluso hasta lo asciende en posiciones jerárquicas de su partido.

Detalla desmanes como que hay comerciantes que ocupan el espacio por donde deben caminar los peatones y las autoridades no se dan por enteradas, los informes de la Cámara de Cuentas sobre irregularidades en el manejo del dinero que reciben más de 40 ayuntamientos del país y la noticia no provoca reacciones de condena.

“También policías y militares envueltos en robos y atracos y no se hace una verdadera y profunda profilaxis que abarque todos los estamentos de esas instituciones”, termina describiendo el editorial de Camino.