PUERTO PRINCIPE, Haití.- La secretaria de Estado de EE.UU, Hillary Clinton, pidió este domingo a Haití acoger las recomendaciones hechas por una misión de la Organización de Estados Americanos (OEA) que aconsejó la exclusión del candidato oficialista de la segunda ronda de los comicios para solucionar la crisis postelectoral.
La jefa de la diplomacia estadounidense llegó al empobrecido país para tratar con el presidente René Préval y los tres principales candidatos al Ejecutivo local la inestable situación que se vive en la nación tras las cuestionadas elecciones del 28 de noviembre pasado.
Clinton habló de manera contundente con el presidente Preval para salvar la situación antes de que el miércoles el Consejo electoral (CEP) haga público los resultados definitivos de la primera vuelta electoral.
La Secretaria de Estado se entrevistó además, con el representante especial de la ONU y jefe de la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití (Minustah), Edmond Mulet, también visitó una clínica en la que tratan el cólera.
En unas declaraciones suministradas por el Departamento de Estado, Clinton expresó su deseo de que se materialicen las sugerencias de la comisión de expertos de la OEA, que verificó los resultados de la primera vuelta electoral, cuestionados por candidatos opositores y por la comunidad internacional.
El organismo hemisférico aconsejó la exclusión del candidato oficial, Jude Celestin, de la segunda ronda, para permitir al inestable país salir de la crisis creada tras la publicación de los resultados electorales.
Esto dejaría la vía libre a la ex primera dama Mirlande Manigat y al cantante Michel Martelly en la lucha por la presidencia local.
“Nos gustaría ver esas recomendaciones realizadas”, subrayó la alta funcionaria de EE.UU, quien enfatizó que “esto es un mensaje internacional” para resolver la crisis haitiana.
Los resultados oficiales provisionales de la primera ronda habían dado a Manigat el 31,37% de los votos; a Celestin, el 22,48%, y a Martelly, el 21,84%.
El posterior informe de la OEA, sin embargo, restó votos a los tres candidatos ante las irregularidades detectadas y estimó que Manigat había obtenido el 31,6% de los sufragios, Martelly el 22,2% y Celestin el 21,9%.
El pasado miércoles, el oficialista partido Inite anunció el retiro de la candidatura presidencial de Celestin, aunque éste no se ha pronunciado acerca de esta decisión, lo que mantiene incierto el panorama político nacional.
El Consejo Electoral Provisional (CEP) de Haití reiteró el viernes que no ha sido informado de la decisión tomada por Inite de retirar la candidatura de Celestin, aunque subrayó que la ley haitiana contempla esta opción.
La segunda vuelta de las elecciones generales de Haití, previstas inicialmente para el 16 de enero, se celebrarán el 20 de marzo, anunció el viernes el CEP, que fijó para el 2 de febrero la publicación de los resultados definitivos de la primera ronda de los cuestionados comicios.
Por otra parte, Clinton dijo que su país no tiene planes de reducir o suspender la ayuda que suministra a Haití, el país más pobre del continente americano.
Clinton subrayó el “profundo compromiso” del Gobierno estadounidense con Haití en los asuntos relacionados con la ayuda humanitaria, los programas de Gobierno y democracia y la asistencia para tratar la epidemia del cólera que afecta a ese país desde octubre pasado y que ha dejado más de 4.000 muertos.
“Estamos enfocados en ayudar al pueblo haitiano, y una de las formas como queremos ayudar es garantizar que se respeten sus decisiones políticas”, apuntó.
Acerca del proceso de reconstrucción que se lleva a cabo en Haití por el potente sismo que asoló la capital y otras ciudades en enero de 2010, Clinton dijo que “ha sido constante”, pero no adecuado a los desafíos que enfrenta Haití, por lo que abogó por la agilización de los trabajos.
“Los problemas son significativos. Algunos de ellos son problemas de la logística”, señaló, y se preguntó “qué haremos con todos los escombros” en los que se convirtieron cientos de edificios que colapsaron por el terremoto, que mató a unas 300.000 personas y dejó 1,5 millones de damnificados.
“Pienso que esto es realmente un gran problema”, dijo la secretaria de Estado de EE.UU.