PUERTO PRINCIPE, Haití.- El primer aniversario del terremoto de Puerto Príncipe se aproxima con la capital de Haití aún en escombros y el país acosado por problemas como la epidemia de cólera, que ya suma casi 3.400 muertos.
Según la agencia humanitaria Oxfam, a prácticamente un año de la tragedia se ha limpiado menos del 5% de los escombros producidos por el sismo que asoló la capital haitiana el 12 de enero de 2010.
La construcción de viviendas temporales para los afectados -afirma un reporte de Oxfam- no llega a cubrir siquiera el 15% de la demanda.
Y dada la falta de sistemas de saneamiento y agua potable, no es de extrañar que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) haya advertido que unas 400.000 personas podrían enfermarse de cólera antes de que pase otro año.
Por su parte, el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés) ha llamado la atención sobre la situación de los niños haitianos, que ya antes del terremoto se contaban entre los más vulnerables del planeta.
Según Unicef, a casi un año del terremoto, aproximadamente la mitad de los cuatro millones de menores de Haití aún no están asistiendo a la escuela.
Y unos 380.000 de ellos todavía viven en los campamentos en los que se hacinan más de un millón de refugiados, donde -según Amnistía Internacional- cientos de mujeres y niñas han sido violadas. Tan sólo en el primer semestre de 2010 hubo 250 denuncias sobre estos casos.
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¿Fracaso de la cooperación?
La trágica situación de Haití no habla bien de la respuesta de la comunidad internacional a la tragedia, a pesar de que en su momento la situación generó una oleada de solidaridad sin precedentes.
Según el reporte de Oxfam, muchos países cooperantes se han guiado por sus propias prioridades a la hora de proveer ayuda humanitaria, lo que no les ha permitido coordinarse adecuadamente entre ellos ni con el gobierno haitiano.
Y las cifras de Naciones Unidas, citadas por Oxfam, indican que menos del 45% de los US$2.100 millones prometidos en una conferencia de donantes celebrada en Nueva York en marzo de 2010 han sido desembolsados.
La misma crítica también se aplica a la respuesta internacional a la epidemia de cólera que, según el Ministerio de Salud de Haití, ya ha infectado a 150.000 personas desde que se registró el primer caso en octubre pasado.
Según la portavoz de la Organización para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas, Elizabeth Byrs, la ONU sólo ha recibido el 25% de los US$174 millones solicitados para hacer frente a la epidemia.
“Es una vergüenza que tengamos tan poco dinero para una enfermedad que ahora está matando en instantes, porque las personas no tienen acceso a sales de rehidratación”, le dijo Byrs a la agencia de noticias AFP.
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Cólera y rabia
El cólera, sin embargo, también está afectando la capacidad de Naciones Unidas para contribuir a la reconstrucción de Haití por una razón no anticipada: algunos haitianos sostienen que sus cuerpos de paz llevaron la enfermedad a la isla.
La sospecha generó en su momento ataques contra vehículos e instalaciones de la organización, que afirma que no hay evidencia científica que demuestre las acusaciones.
Y en un ejemplo de la atención que la ONU le ha tenido que poner al tema, su secretario general, Ban Ki-moon, nombró esta semana una comisión internacional para investigar el origen de la epidemia, la que estará integrada por expertos de México, Perú, Estados Unidos e India.
Los problemas estructurales que ya afectaban a Haití antes del terremoto tampoco facilitan la tarea.
Por otra parte, las tensiones políticas que se han ido acumulando luego de la primera ronda de las elecciones presidenciales, celebradas en diciembre, tampoco contribuyen a crear las condiciones para enfrentar los múltiples problemas de la forma más adecuada.
Efectivamente, la publicación de unos resultados oficiales que excluían de una eventual segunda vuelta al popular cantante Michel Martelly -derrotado por el oficialista Jude Celestin por apenas 7.000 votos- generaron protestas violentas en la nación caribeña.
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El jueves, el Consejo Electoral Provisional indicó que el ballotage, originalmente previsto para el 16 de enero, tendría que ser pospuesto hasta que la Organización de Estados Americanos (OEA) terminara de evaluar los resultados de la primera vuelta.
Esto podría hacer que Haití llegue al último día del mandato de su actual presidente, René Preval, sin un sucesor designado.
A un año del terremoto, la incertidumbre sólo parece haber aumentado.