El lunes 26 de septiembre de 2016 quedará marcado en la historia de Colombia. Después de 52 años las FARC y el Gobierno colombiano, en un acto cargado de tensiones y emociones en la bahía de Cartagena, firmaron el acuerdo de paz que pone fin al conflicto armado entre los dos combatientes y promueve una era de paz para el país.
Tanto el presidente Juan Manuel Santos como el jefe máximo de las Farc, Rodrigo Londoño Echeverry, alias “Timochenko”, celebraron el fin de una mesa de diálogos instalada en La Habana el 19 de noviembre de 2012 y que culminó el pasado 24 de agosto con la entrega de un documento final que se ratificó ayer a las orillas de la bahía de Cartagena, en un acto que contó con amenaza de lluvias pero se realizó bajo un esplendoroso sol caribeño.
Con un emotivo minuto de silencio y un canto de parte de madres víctimas de la masacre de Bojayá, la localidad más afectada por el conflicto luego del ataque del que fue víctima en 2002 y que dejó 116 muertos, se le hizo un homenaje a las millones de víctimas que dejaron cinco décadas de conflicto, seguido por la rúbrica de Santos y “Timochenko”.
Londoño recordó los inicios de la guerrilla de las Farc en 1964, con un homenaje a los comandantes “Tirofijo” y “Alfonso Cano”, antes de asegurar que las Farc se prepara para la política sin armas. “Es el momento de desarmar los corazones. Nosotros vamos a cumplir y esperamos que el Gobierno cumpla”, aseguró
“Timochenko” también tuvo tiempo para comentar en su discurso la situación en Siria, rechazar el manejo de sistemas como las EPS y agradecer por el apoyo popular e internacional a las negociaciones de La Habana, y para anunciar un pacto político para construir el acuerdo desde las regiones.
Incluso, Londoño lanzó una frase inesperada: “En nombre de las Farc-EP, ofrezco sinceramente perdón a todas las víctimas del conflicto y por todo el dolor que hemos podido causar en esa guerra”, dijo, antes de que el vuelo rasante de un avión cortara repentinamente su discurso. Rápidamente se repuso y bromeó: “Al menos ahora pasan saludando la paz y no descargando bombas”, afirmó.
Por su parte, Santos citó el himno nacional. “En surcos de dolores la paz germina ya”, aseguró el jefe de Estado, quien también recordó a Gabriel García Márquez y a Rafael Núñez, ilustres hijos cartageneros, y a los miembros de las Fuerzas Militares.
“¡No más jóvenes mutilados por una guerra absurda! ¡No más soldados, ni policías, ni mujeres ni campesinos ni guerrilleros muertos! ¡No más guerra!”, fue la arenga de Santos, que fue repetida por los cerca de 2,500 asistentes.
El presidente, además, dio la bienvenida a la democracia a las Farc: “Si ustedes siguen las reglas de justicia, verdad y reparación, les doy la bienvenida a la democracia”, dijo el primer mandatario. “A buena hora entendieron el llamado de la historia”, agregó.
El acto contó con la presencia de 15 presidentes, el rey emérito Juan Carlos de España, el secretario de Estado norteamericano John Kerry, el secretario general de las Naciones Unidas Ban Ki-Moon, y representantes del Vaticano, la Unión Europea y los gobiernos de múltiples países que apoyan el proceso que culminará con la votación el próximo domingo del plebiscito para refrendar los acuerdos.
En el acto también estuvieron presentes cientos de víctimas del conflicto armado, entre las cuales se contaron los grupos que visitaron La Habana en pasados meses para presentar sus casos y pedir perdón a las Farc, además de una nutrida presencia de líderes políticos y empresarios y unos 1,200 periodistas de todo el mundo.
La jornada comenzó con un homenaje de Santos a las Fuerzas Militares por su importante labor para combatir a las Farc desde 2002, cuando se dio fin al proceso de paz del Caguán, y continuó con una ceremonia litúrgica ofrecida por el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin.