“Es un honor cantarle a esta tierra que quiero tanto y donde se me aplaude con tanto cariño”, manifestaba en octubre del 2000 la cantante Olga Guillot a la prensa dominicana en el Palacio Nacional, invitada por el presidente de entonces Hipólito Mejía.

En aquel momento “La Reina del Bolero” se encontraba en la República Dominicana de la mano del empresario Luis Medrano para una de sus tantas presentaciones.

Su conexión con esta tierra fue tan frecuente, que hasta el pasado año coincidió junto a un gran puñado de colegas en el “III Congreso Música, Identidad y Cultura en el Caribe”, que estuvo dedicado al bolero, en Santiago de los Caballeros.

Allí, la estrella Olga Guillot, por fin hacía las pases con su compatriota la cantante Omara Portuondo, separadas por la política desde hacía casi medio siglo.

“El bolero ha sido mi mejor esposo y amante. Y, mire que yo me casé cinco veces… no me arrepiento de haber dedicado mi vida a cantar boleros”, dijo en el mismo congreso Guillot, a quien en el 2004 Acroarte entregó un Casandra Internacional por sus aportes a la música durante toda su vida.

“La temperamental”, primera cantante latinoamericana que logró presentarse en el emblemático Carnegie Hall de Nueva York, falleció ayer a causa de un infarto, a los 86 años, en el hospital Mount Sinai de Miami Beach.

Nacida el 9 de octubre de 1923 en Santiago de Cuba, Guillot obtuvo 14 discos de oro y 10 de platino en una época en que “había que ganárselos de verdad”, dijo en una entrevista en el 2007.

Su voz ronca y gutural, sus gestos abriendo exageradamente los ojos y frunciendo la boca, el uso de sus manos al cantar y su presencia sobre el escenario fueron inconfundibles y muy pronto en su carrera artística se consagró como la “Reina del Bolero”.

“Soy muy visceral, muy emocional, muy temperamental, que es lo que es Olga Guillot y eso es lo que me hace sentir que vibro con lo que yo hago. Me gusta lo que yo hago. Yo vivo enamorada de lo que yo hago y le doy todos los días las gracias al Señor porque me dio una voz para que  sea feliz y hacer feliz a mucha gente”, dijo a la AP, días antes de recibir el Premio a la Excelencia Musical de la Academia Latina de la Grabación, una de las numerosas distinciones que adornaron su trayectoria.

Luchadora en el exilio cubano

La fama fue su objetivo desde que tuvo uso de memoria y la alcanzó a través de la música, su pasión más grande. Desde los 13 años, cuando ganó junto con su hermana el segundo lugar en un concurso de canto en La Habana, el aplauso se convirtió en su “droga”.

En 1961 abandonó su país, dos años después de la revolución cubana que llevó al poder a Fidel Castro. Olga Guillot vivió unos meses en Venezuela antes de instalarse con su hija Olga María en México, donde pasó una buena parte de su vida. “Cuba es mi esposo y mi amante adorado es México”, decía.  Su mayor ilusión -decía- era no morir hasta ver “una Cuba libre”.

Una vida cargada de éxitos

Entre sus canciones más famosas están “Miénteme”, de Chamaco Rodríguez; “La gloria eres tú”, “Cuando estoy contigo”, “Soy tuya”, “No”, “La noche de anoche”, “Qué sabes tú”, “Voy”, “La mentira”, “La canción de mis canciones”, “Palabras calladas”, “Lágrimas negras”, “Campanitas de cristal”, “Contigo en la distancia”, “Sabor a mí”, “Alma mía”, entre otras.

Entre sus más de cincuenta discos de larga duración destacan “Romance y melodía”, “La temperamental Olga Guillot”, “Canciones de María Grever”, “Añorando el Caribe” y “La Guillot interpreta a Manzanero”.

Participó en 16 películas, entre ellas, Opio, No me olvides nunca, Yambao, Música de ayer y “Una estrella y dos estrellados. Además, actuó en teatro y televisión.

Artistas la recuerdan

Manuel Tejada
Se nos fue la bolerista viva más importante”

“Olga es parte de la hstoria de la música romántica, del bolero. Sin duda, haberla tenido tanto tiempo es una gloria de Dios, pero su partida es una gran pérdida para la música. Tuve el honor de trabajar con ella en su última producción. Era muy interesante y a la vez muy comprometedor trabajar con ella”.

Rafael Solano
Estaba muy enlazada con esta nación”

Trabajamos mucho tiempo juntos, siempre tenía su temperamento, pero sin dudas era una gran artista. Tuve el honor de verla en Santiago de los Caballeros durante el Congreso de boleros que se llevó a cabo en el Centro León. Lamento mucho el fallecimiento de esta formidable bolerista”.