Por Marino Ramírez Grullón
Cuando mencionamos la palabra Estado nos referimos regularmente a las instituciones que componen una Nación y sus habitantes.
Es decir siempre vincular a la gente con su habitad físico y jurídico.
En este caso cuando hablamos de corrupción estatal hablamos entonces de su gente tanto gobernantes como gobernados por el manejo de los recursos que componen el Estado y sus gobiernos.
En todos los países siempre hay atisbos de corrupción gubernamental y privada, las denuncias políticas al respecto son cosa del día a día.
Aquí en Dominicana la corrupción se mantiene como tema permanente tanto en la vida cotidiana como en campañas electorales.
Es el tema del momento cuando mencionamos los contratos de Odebrecht, Punta Catalina, las ventas de Corde, Cea, Oisoe, Tucanos, entre otras vinculaciones de bienes estatales, pero también el sector empresarial se ve envuelto en negociaciones tanto públicas como privadas que llevan necesaria investigación.
Ningún Presidente de ahora o antes puede acusarse de corrupto como comúnmente se quiere decir en términos corrientes cuando se habla del tema.
Tampoco funcionarios o alguna persona que realice negocios con bienes estatales, sin embargo las circunstancias llevan a que se generalice sobre estas cosas.
Cada gobernante que llega al Palacio Nacional ocupa el puesto con tantos compromisos políticos y económicos que lo obligan a realizar favores por encima de sus posibilidades que en cierta manera los envuelven en las dudas.
Un Presidente tiene que firmar documentos de contratos, donaciones, nombramientos y otros contenidos para liberarse de compromisos oficiales y personales ya asumidos.
Por tanto a él acude todo el que puede en busca de algún beneficio.
Los funcionarios pueden ser civiles y militares en tiempos de campaña dan sus apoyos en espera de privilegios y puestos futuros.
La gente común también busca lo suyo y todos esperando sacar alguna tajada de los bienes del Estado.
Por tanto cuando se habla de corrupción o impunidad se generaliza sin razón porque se compromete a todo el mundo, aunque muchos quieren algo de lo que tiene el Estado en bienes y servicios.
El caso actual no está lejos de las realidad por las acusaciones que proliferan sobre presunta corrupción, lo que tiene que hacerse es poner los papeles a la vista de todos si no hay nada que esconder para que la justicia realice su trabajo en busca de quienes usufructúen cosas originadas en mala lid paguen por sus errores.