El Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) está urgido de superar su crisis interna y hallar consenso en torno a un candidato presidencial propio en los próximos comicios para no terminar de devaluarse en el mercado electoral, incluyendo el riesgo de una virtual disolución.
Los dirigentes reformistas que presionan por la elección de candidato propio concuerdan con las encuestas en que una alianza con el partido oficial desde la primera vuelta reducirá drásticamente su caudal ya que la mayoría de sus miembros y simpatizantes votaría por el perredeísta Hipólito Mejía.
Resolución desesperada
Convencidos de que cada semana que pase será más incierta la suerte del partido colorado fue que una parte de sus dirigentes convocó la reunión de la Comisión Ejecutiva Nacional el pasado sábado 17, la que fijó para el 16 de octubre la elección de su candidato presidencial, al margen del presidente del partido quien ha dilatado esa decisión en lo que se interpreta como pérdida de tiempo para no dejar otra opción que la repetición de la alianza con el oficialista Partido de la Liberación Dominicana (PLD).
Entre muchos reformistas cunde el pánico al ver pasar el tiempo sin que se cumpla la tercera resolución del Congreso Joaquín Balaguer celebrado entre noviembre y marzo pasados según la cual el PRSC llevaría candidato propio a la elección presidencial del 2012.
Tal resolución fue refrendada en marzo por una reunión de la Comisión Ejecutiva Nacional y luego por la Comisión Política y el Consejo Presidencial. En principio se fijó la elección del candidato para el 1 de julio, pero no pudieron ponerse de acuerdo en el método a implementar, pues unos abogaban por votación universal y otros porque fuera a través de una asamblea de delegados. A principio de agosto un pleno nacional de dirigentes resolvió que la elección sería en septiembre, lo que no ha sido acatado por la presidencia del partido.
La reunión del sábado fue tajante en que hay que cumplir los mandatos de los organismos de dirección y apeló a los estatutos para expulsar del partido al dirigente Humberto Salazar, quien ha sido abanderado público de quienes por lo bajo propugnan por extender la alianza con el PLD que pactaron para los comicios legislativos y municipales del año pasado, gracias a la cual no solo obtuvieron una importante cuota de legisladores y dirigentes municipales, sino que garantizaron cargos para cientos de dirigentes políticos, familiares y relacionados. Ocho de los trece miembros del Consejo Presidencial son altos funcionarios del gobierno.
El silencio de Morales
En el 2009 se produjo un consenso para escoger al ingeniero Carlos Morales Troncoso como presidente del PRSC y muchos creyeron que éste reivindicaría los sueños de rescatar el poder electoral que tuvo la organización hasta la muerte de su caudillo Joaquín Balaguer en el 2002. Habiendo sido vicepresidente de la República bajo la presidencia de Balaguer entre el 1986 y el 2004, y dada su carrera como ejecutivo empresarial, Morales parecía cualificado para encabezar el resurgimiento.
La generalidad de los analistas ha planteado que para sacar al partido colorado del papel de comodín de los dos partidos mayoritarios Morales tenía que alejarse del gobierno y encarnar un papel de oposición, pero el se ha mantenido en el cargo de Ministro de Relaciones Exteriores que ocupa desde el 2004. Sus viajes por el mundo con el presidente Leonel Fernández, a ritmo de uno por mes, lo acercaron al mandatario y le impiden aparecer como alternativa.
Hasta principios de año se creía que Morales Troncoso no quería exponerse a divisiones internas o a ser derrotado en una elección, ya que la generalidad de las encuestas daban como preferido al cacique higueyano Amable Aristy Castro, quien encarnó la candidatura presidencial en el 2008 y no alcanzó el 5 por ciento de los votos.
Pero hace par de meses que Aristy declinó buscar la candidatura y expresó su disposición a apoyar al presidente del partido. Pese a esto Morales ha seguido evadiendo convocar la elección del candidato.
A favor de la elección está el hecho de que la mayoría de los que han expresado su interés en buscar la candidatura están respaldando la convocatoria para el 16 de octubre, lo que incluye a Ito Bisonó, Oscar Santiago Batista, Osiris de León, Héctor Rodríguez Pimentel, Ricardo Espaillat, María Rosa Belliard, y acaba de lanzarse el ingeniero Guillermo Caram, uno de los más acreditados dirigentes del partido, convencido de que puede ser un factor de unidad.
Cosa de vida o muerte
La generalidad de los que aspiran a la candidatura presidencial del PRSC está consciente de que no es una tarea fácil ni un camino alfombrado de flores, y es posible que algunos la busquen para negociar en una tentativa segunda vuelta. Pero creen que es cuestión de vida o muerte para su partido.
Al menos Ito Bisonó, Guillermo Caram y Héctor Rodríguez Pimentel se muestran convencidos de que una alianza en primera vuelta, sea con el PLD o con el PRD, divide el partido. A Rodríguez Pimentel y otros se les ubica buscando valla en el entorno de la candidatura de Hipólito Mejía, en cuyo gobierno (2000-04) participaron, pero él lo niega rotundamente y dice que para la primera vuelta están obligados a llevar candidato propio, y por lo menos esperar al límite para el registro de alianzas electorales, 75 días antes de los comicios, por lo que el año próximo sería el 5 de abril.
Estos tres precandidatos están convencidos de que si se impone la tendencia de alianza con el PLD para la primera vuelta, la mayoría de los militantes del partido votarán por Hipólito Mejía, lo que devaluará el poder de comodín que se atribuye al partido colorado. Se fundamentan en el resultado de las encuestas, las publicadas y las que auspician los partidos para trazar estrategias, las que muestran una clara tendencia de los reformistas al voto de rechazo al partido de gobierno.
“Es que más allá de los dirigentes y los cuadros medios que se benefician de la alianza con el gobierno del PLD, las bases reformistas son parte de esa mayoría de la población que muestra profunda insatisfacción con la gestión peledeísta, sostuvo otro dirigente reformista. Caram cree que por reacción adversa los reformistas se irían hacia el voto por el PRD en caso de que los colorados no lleven candidato propio.
Feo en la foto de las encuestas
Las encuestas siguen mostrando un PRSC en declive, del 24.5 por ciento que obtuvo en las elecciones presidenciales del 2000, al 9 por ciento en el 2004 y al 4.5 por ciento en las últimas del 2008. La última Gasllup-HOY publicada en agosto otorga al partido colorado el 6 por ciento de las simpatías. Por posibles candidatos el que más intención de votos registró fue Aristy Castro, con 3.5 por ciento del universo.
Seguido de Morales Troncoso con 2 y de Ito Bisonó 1.7 por ciento.
La encuesta CID Gallup y la del Centro Económico del Cibao de este septiembre apenas otorgan al PRSC el 3 y el 2.6 por ciento de las preferencias electorales, en medio del desconcierto que afecta a ese partido, lo que podría explicar el poco interés de Morales y de Aristy Castro en asumir la candidatura presidencial.
El problema se complejiza cuando se pregunta sobre las posibilidades de alianza del PRSC, porque entonces queda evidente que esa agrupación se ha devaluado en el mercado electoral hasta perder la capacidad para inclinar la balanza. La última Gallup-HOY indicó que contrario a la tendencia predominante en la alta dirección del partido, de alianza con el PLD, entre los encuestados que se confesaron simpatizantes reformistas el 24.7 por ciento dijo que en tal caso votarían por Hipólito Mejía y sólo el 17.8 por Danilo Medina.
Una encuesta que se asume patrocinada por Ito Bisonó indica que el 45.8 por ciento cree que el PRSC debe llevar su propio candidato, y el 47.8 que debe aliarse a otro. Cuando preguntaron a los confesos reformistas cómo votarían en caso de una alianza con el PLD, también se dividían, 44.8 la apoyaría y 46.9 dijo que votaría por otro. Al especificar partidos el PLD salió ganando con 56 por ciento y PRD el 35.
En las encuestas mensuales del Centro Económico del Cibao para el PRD, se registra que en caso de la alianza PRSC-PLD, Hipólito Mejía ganaría en primera vuelta por 54.6 a 37.5 por ciento. Entre los que se confesaron reformistas apenas el 28 por ciento dijo que la apoyaría, mientras el 61 por ciento preferiría votar por la candidatura perredeísta.
Si lo que indican esas encuestas no varía en los casi 8 meses que faltan para la elección presidencial, ni al PRSC ni al PLD le convendría la alianza en primera vuelta, porque la misma abonaría la posibilidad de que no haya una segunda oportunidad. Y lo más posible es que el voto reformista caiga a menos del 4.5 por ciento del 2008. Y si apuestan contra el ganador, perdiendo financiamiento legal y cargos, sería el desastre, tal vez la disolución definitiva del partido que dominó el escenario político durante tres décadas.-