OSCAR-SANTIAGO-BATISTAEl gobierno del presidente Danilo Medina, con la decisión de construir dos plantas a carbón mineral acaba de iniciar la ruta para resolver de manera definitiva,  barata y ecológicamente segura,  la crisis energética que ha azotado a la República Dominicana, desde la llegada de la electricidad a nuestro país en el año 1896.

Independientemente de los ecologistas, saboteadores, y demás opositores a tan trascendental decisión, el carbón es el combustible idóneo para resolver una crisis que le ha costado al país miles de millones de dólares en los últimos años.

El carbón es el más barato de los combustibles fósiles, hay carbón en abundancia – 150 años de reservas – prácticamente en todo el mundo, su transporte y almacenamiento no requiere grandes inversiones, y los más importante hay tecnología para garantizar la calidad medioambiental, entonces, por qué  pretenden que nuestro país  renuncie al carbón mineral para generar la electricidad que necesitamos.

Evidentemente, que quienes se oponen no pueden sustentar válidamente su posición.  La realidad mundial le da en la misma cara.  Las grandes economías del mundo como los Estados Unidos de América,  Inglaterra,  Alemania,  China,  Israel,  Australia,  Brasil,  Argentina y Chile utilizan el carbón  para generar parte importante de la electricidad que necesitan sus economías.

Por eso,  los saboteadores denunciados por el presidente Danilo Medina, tienen que recurrir a maniobras y tecnicismos rancios y desfasados y de esa manera tratar de obstruir la firme decisión del gobierno dominicano de recurrir al carbón mineral para producir la electricidad que el país demanda.

De ahí,   que si en verdad queremos tener la energía eléctrica barata y abundante para nuestros hogares,  comercios, industrias,  turismo, zonas francas y ciudades, debemos apoyar firmemente  la decisión del presidente Danilo Medina de cambiar la matriz energética de la nación por plantas a carbón y así dejar atrás la negra y larga noche de los apagones financieros.

¡El presidente Medina tiene la razón, rechacemos la conspiración apoyando las plantas a carbón!