El ministro de Energía y Minas, Antonio Isa Conde, rechazó que con el nuevo anteproyecto de ley de minería se esté cerrando el país a la inversión privada para el desarrollo del sector y afirmó que, al contrario, se abre una etapa de impulso a la industria extractiva con criterio de sostenibilidad.

Isa Conde afirmó que, aunque en el momento de su aprobación tuvo sus ventajas, casi 47 años después la legislación vigente ha quedado obsoleta, por lo que el sector minero requiere un nuevo marco legal, acorde con las mejores prácticas actuales.

“Estamos asistiendo a una nueva era de impulso a la minería sostenible, responsable, que constituye una fuente de riqueza para los inversionistas, pero también para al Estado y los ciudadanos del presente y del futuro¨, planteó el funcionario.

Afirmó que con este anteproyecto el Ministerio sigue abierto al intercambio de ideas y a los argumentos serios de contraste y consideró innecesario lo que aparenta ser el desarrollo de una campaña de descrédito a la iniciativa con enfoques catastróficos.

El Ministro destacó que uno de los puntos que urgen de actualización es el referente a la regalía minera, pues el modelo vigente plantea apenas un 5% en concesiones, deducible del impuesto sobre la renta, que actualmente es más bajo que en 1971, cuando era de 40%.

Isa Conde reiteró que el modelo a seguir con el anteproyecto es ganar-ganar y consideró injusto que si, por coyunturas de mercado, una empresa no reporta beneficios pueda extraer y exportar los minerales sin pagar ninguna regalía al Estado.

“Nosotros tenemos que hacer que las riquezas que producimos se transformen en desarrollo, pero no podemos sacar riquezas sin pagar al Estado y muchas veces dejando los pasivos ambientales a las próximas generaciones”, aseguró.

El funcionario reiteró que la sostenibilidad no es incompatible con el desarrollo minero y destacó que el anteproyecto incluye la obligatoriedad del cierre de minas y de destinar fondos para corregir los pasivos ambientales. Isa Conde criticó a los que defienden la minería que expolia, pretendiendo que los beneficios sean solo para la empresa, así como a los fundamentalistas que están en contra de toda actividad extractiva.

“Levantamos la bandera desarrollista de la sostenibilidad minera. Estamos en contra tanto de la minería salvaje como del fundamentalismo minero porque decimos que esas son caras de la misma moneda, de la moneda de la pobreza”, indicó.