Mientras el príncipe William y Kate Middleton se preparan para su luna de miel, la euforia pública desciende y miles de turistas preparan su regreso a casa, comienzan los fríos cálculos y el balance económico de la clic boda real del viernes.
¿Cuánto costó el evento? ¿Qué beneficios obtuvo el Reino Unido?
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Hace 30 años, el casamiento del príncipe Carlos y Diana fue un acontecimiento espectacular y fastuoso. Tan sólo el vestido tuvo un precio estimado de US$40.000 en dinero de hoy.
Y aunque una boda no tiene que costar siempre un ojo de la cara, la realeza no se distingue necesariamente por la austeridad.
El matrinomio de William y Kate sí fue caro, a pesar del difícil momento económico que atraviesa el país.
LA BODA Y LA SEGURIDAD

En esta ocasión, fueron las familias -principalmente la del novio- las que pagaron la boda en sí, cuyo monto no ha sido informado públicamente.
En internet, distintos blogueros han especulado con que el gasto del casamiento ascendió a US$86 millones.
“El único número que es de dominio público es el costo anual de la protección que se brinda a los monarcas, políticos de alto nivel y diplomáticos: US$210 millones”
Peter Hunt, comentarista de la BBC
Sin embargo, la gran factura para el contribuyente fue la seguridad, dice el comentarista de la BBC Peter Hunt, quien añade: “La cifra fue alta, pero es probable que nunca se dé a conocer oficialmente”.
“El único número que es de dominio público es el costo anual de la protección que se brinda a los monarcas, políticos de alto nivel y diplomáticos: US$210 millones”.
“Para tener una idea aproximada: durante la cumbre del G20 en Londres hace dos años, el gasto en seguridad ascendió a US$12 millones”, completa Hunt.
Tabloides británicos como el Daily Mail calcularon que el operativo de protección durante la boda real insumió US$33 millones, una cifra más alta que la estimada debido a que debió pagarse extra a los efectivos durante los días feriados.
Con todo -afirman los analistas-, un monto así parece menor si se lo compara con los dos grandes efectos financieros de la boda real, uno positivo y otro negativo: la afluencia de turistas y el costo de los días feriados para la economía del Reino Unido.
TURISMO

Muchos visitantes aman los rituales monárquicos y esta boda creó oportunidades extra para los negocios enfocados en el turismo.
Según PricewaterhouseCoopers (PwC), firma especializada de servicios y asesoría financiera y contable, la capital británica habría obtenido un beneficio de unos US$177 millones sólo de lo que gastaron los que llegaron desde otras partes del país y del mundo para la boda.

Los contribuyentes pagaron la seguridad.
Unas 560.000 personas, entre residentes y turistas, se dieron cita en las inmediaciones de Westminster para ver a los novios, según estimaciones que PwC dedujo de una encuesta que hizo entre adultos británicos.
¿Cuánto se obtuvo por el turismo extra?
Difícil saberlo por el momento, pero Visit Britain -la agencia de promoción turística del Reino Unido- señala que entre la boda, los Juegos Olímpicos de 2012 y el jubileo de diamante de la reina Isabel II, también el año próximo, se esperan obtener unos US$3.000 millones.
Eso es dinero en serio.
Jauja hotelera
Entre los principales ganadores están los hoteleros de Londres, quienes por estos días cobraron tarifas más altas, un poco por el aumento de la demanda, un poco -quizás- por oportunismo.
De los visitantes que llegaron a Londres de otras regiones del Reino Unido, el 37% dijo que sólo gastaría en una noche de alojamiento, pero uno de cada cinco planeó permanecer por dos noches.
“Pequeñas empresas en el Reino Unido se beneficiaron del creciente interés por los productos británicos.”
John Walker, Federación de Pequeñas Empresas
De todos ellos, alrededor de 185.000 personas se habrían quedado en hoteles, 50.000 en casas de huéspedes (los llamados Bed & Breakfast) y 18.000 en viviendas de amigos.
Un cuarto de los encuestados por PwC afirmó que podía pagar entre US$82 y US$124 por noche de alojamiento.
Uno de cada cinco dijo que estaba dispuesto a gastar entre US$100 y US$246, y más de 20.000 personas indicaron que desembolsarían hasta US$496 por una noche.
La Asociación de Hospitalidad Británica estimó que, para la boda real, el precio promedio de un cuarto de hotel fue de alrededor de US$412 la noche.
Incluso algunos servicios de hospedaje entre particulares, como Crashpadder, que suele tener valores bajos, también elevaron sus tarifas.
De compras
Más de dos tercios de los encuestados por PwC dijeron que aprovecharían su estancia en Londres para ir de compras.
Los ganadores en el rubro fueron los grandes centros comerciales como Westfield y Brent Cross, seguidos por las tiendas en las famosas Oxford Street y Carnaby Street.

Todos buscaron sacar provecho de la boda.
También los mercados callejeros como Portobello Road, en el oeste de Londres, y Brick Lane, en el este, recibieron su buena porción extra de consumidores, según los analistas económicos.
El presupuesto estimado para el “shopping” también fue medido por PwC: uno de cada cinco visitantes planeó destinar para compras entre US$124 y US$163 por día, mientras que -entre los más extravagantes- el 13% dijo que tenían presupuestado de US$330.00 a US$494 diarios.
En tanto, una medida fue el consumo de los londinenses la semana previa a la boda: uno de los supermercados más grandes del país, Waitrose, reportó que, en comparación con 2010, hubo un incremento de 10% en sus ventas fundamentalmente por el casamiento del príncipe William y Kate Middleton.
Recuerdos
Todos buscaron sacar provecho del matrimonio de alto perfil y uno de los ejemplos más palpables fue el de los comerciantes de clic recuerdos, souvenirs o memorabilia.
Según estimaciones del organismo de análisis empresarial Centre for Retail Research, las ventas de memorabilia en tiendas e internet habrían llegado a cerca de US$325 millones.
Al sumarle el gasto estimado en comida y bebida, la boda real habría generado ventas de hasta US$869 millones.
Además de las tasas y los platos con la imagen de la pareja, también tuvieron su auge productos temáticos como los condones “Crown Jewels” (un paquete de tres por US$13). Pocos días antes de la boda se habían agotado.
Según sus productores, los condones se vendieron muy bien en Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Brasil. Y éste es tan sólo un ejemplo.
DÍAS FERIADOS

La economía británica se benefició del fervor mundial por la boda.
Muchas compañías británicas les dieron el día libre a sus empleados y eso tuvo su precio.
La Federación de Pequeñas Empresas del Reino Unido (FSB, por sus siglas en inglés), afirma que cada día feriado tiene un costo de unos US$9.900 millones.
“Algunas firmas nos han dicho que están preocupadas por el impacto que tendrá el día feriado adicional sobre sus negocios”, le comentó a BBC Mundo el presidente de la FSB, John Walker.
Las más afectadas son empresas fuera de la región sureste del país, donde se sitúa Londres.
Algunas firmas británicas se negaron de plano a darle el día libre a su personal.
“De por sí abril es ya un mes corto con dos días feriados. ¿Por qué añadir un tercero? Los efectos son abrumadores”, se lamentó Jim Venables, gerente de la firma de renta de oficinas Officebroker, que cuenta con 80 empleados.
Según Venables, uno de los tantos empresarios que se sienten perjudicados, haber cerrado el viernes podría haberle costado hasta US$82.000 en pérdidas de ingreso, además del costo adicional de tener que pagarles el día libre a sus trabajadores.
De corto plazo
John Walker, de la FSB, le dijo a BBC Mundo que, aunque hay firmas que temen ver afectado su flujo de efectivo por la boda real, hay muchas otras que semanas antes del evento comenzaron a ver mayores beneficios.
“Las cifras de consumo de abril se verán fortalecidas por la Semana Santa y la boda real (…) pero no cambiarán las fundamentalmente débiles condiciones que quizás socavarán la confianza en la economía por un buen tiempo”
Stephen Robertson, British Retail Consortium
“Pequeñas empresas en el Reino Unido se beneficiaron del creciente interés por los productos británicos y creen que la boda actuó como un estímulo a su moral y confianza”.
Sin embargo, los expertos creen que el efecto positivo de la boda es sólo de corto plazo.
La asociación de comercio British Retail Consortium (BRC, por sus siglas en inglés) advierte que, pasado el buen sabor de la fiesta, la inflación, el temor por la inseguridad laboral y la caída del precio de las viviendas son los factores que pesarán más en el ánimo del consumidor británico.
Stephen Robertson, director de BRC, lo resumió así: “Las cifras de consumo de abril (una vez que se publiquen) se verán fortalecidas por la Semana Santa y la boda real. Eso es bienvenido, pero no cambiará las fundamentalmente débiles condiciones que quizás socavarán la confianza en la economía por un buen tiempo”.