justificar sus fechorías políticas.
Por Marino Ramírez Grullón
Cada día nos enteramos de las trabas que interpone el “hijo de Chávez”, Presidente venezolano Nicolás Maduro a través de los órganos del Estado que controla para quedarse en el poder aunque poca gente lo quiere allí.
Tanto la Corte de Justicia como el Consejo Nacional Electoral de Venezuela son los pivotes subalternos del gobierno chavista que sustentan todas las trampas que pone ese gobierno para no realizar elecciones ni nada parecido que dé la oportunidad para que ese grupo salga del poder.
Acaban de suspender las elecciones a gobernadores a la vez que las intenciones de realizar el Referéndum Revocatorio por parte de la oposición y como manda la Constitución, son cada vez más alargadas.
Sólo basta que el Presidente Nicolás Maduro se pronuncie para que una cosa se haga o no se haga en Venezuela a los pocos días esto se convierte en hecho.
Es decir que este Presidente “democrático” alabado por los elementos más progresistas políticamente de América Latina más bien parece un dictador de la peor calaña ya que con su supuesto discurso antiimperialista mantiene bajo las más grandes penurias a un pueblo que lo eligió para que les diera bienestar.
Está demostrado que ningún dictador ya sea de izquierda o derecha nunca sale por las buenas del poder pareciendo que lo de Maduro y su pandilla no será diferente.
Lo que la izquierda tradicionalmente critica a la derecha de querer perpetuarse en el poder bajo las más distintas mañas y travesuras legales, lo está llevando a la práctica Nicolás Maduro en la patria de Simón Bolívar.
En Venezuela puede pasar que cuando a un pueblo se le cierran las puertas de los procesos electorales para buscarle salida a la crisis, entonces toman otras vías para desembararserce de sus opresores.
Ciertamente es vergonzoso lo que pasa en Venezuela, siendo todavía más increíble que haya sectores fuera de ese país que promuevan ese tipo de gobierno.
Lo mismo pasa con Daniel Ortega y su régimen antidemocrático en Nicaragua, pero a esto le dedicaremos un capítulo aparte.
Lo cierto es que en sus afanes por perpetuarse en el poder algunos regímenes de izquierda en América Latina cometen los mismos errores de los de la derecha que ellos critican utilizan métodos de eliminación de la oposición o por lo contrario se adueñan de todos los instrumentos legales de tal manera que estos les sirvan para