Por Marino Ramírez Grullón
El próximo 6 de diciembre serán las elecciones congresionales y municipales en Venezuela.
Desde ya el gobierno más “democrático” de América Latina está tomando medidas retaliatorias contra la oposición de tal manera que no puedan llevar sus mejores candidatos y de que el miedo asiente en la población para que la corrupción estatal se imponga por medio de la compra del voto.
Nicolás Maduro fiel heredero de Hugo Chávez pero más retrasado políticamente ha dicho que no quiere observadores internacionales que en Venezuela son llamados acompañantes, a menos que no sean los de sus socios de UNASUR.
Henrique Capriles líder de la oposición ha pedido en la OEA que esta organización envíe observadores como forma de verificar que esas elecciones que podrían marcar el principio del fin de los abusos políticos en Venezuela, puedan tener visos de legalidad.
Todos saben tanto dentro como fuera de la patria de Bolívar como es que ha ganado en chavismo y luego el madurismo, a base de intimidación compra de votos y manipulación electoral.
Han llevado los del llamado Partido Socialista Unificado de Venezuela a tal situación ese país que ni comida aparece, la delincuencia y la corrupción están a la orden del día en esa Nación que prácticamente allí no se puede vivir.
La llamada solidaridad internacional que puso en práctica Hugo Chávez y que mantiene a menor nivel y con más perversión Nicolás Maduro es uno de los elementos económicos que tienen a Venezuela en bancarrota.
En otras ocasiones el madurismo ha aplicado prácticas poco democráticas para mantenerse en el poder tal como eliminar opositores en el Congreso Nacional sobre la base de acusaciones apuntaladas por instituciones afines al gobierno aunque deberían ser independientes.
Prácticamente todo el Estado está al servicio del gobierno de Maduro quien pretende gobernar a través de los medios de comunicación, a los que si existe alguna crítica mediática los silencia en base a amenazas y leyes impuestas desde el Congreso mayoritario que posee.
Ahora en las próximas elecciones el gobierno de Maduro podría perder la mayoría absoluta que tiene desde donde aprueba todo tipo de leyes abusivas contra la oposición.
De hecho el Consejo Nacional Electoral dirigido por una acólita de Maduro no tenía intención de establecer fechas electorales.
Ahora con fecha establecida Maduro y su equipo ha comenzado a establecer las bases del fraude de tal manera que puedan quedarse con mayoría.
Si la oposición se mantiene unida y la población de Venezuela sabe unificar diferencias es posible que a partir del próximo 6 de diciembre la dictadura “democrática” que existe en Venezuela comience a decaer.