OSCAR-SANTIAGO-BATISTA La anexión a España llevada a cabo de manera secreta y traicionera por el presidente Pedro Santana,  el 18 de marzo de 1861,  fue combatida en diferentes partes de la República desde el mismo momento en que cobardemente se concretizó.

En diferentes pueblos de la nación dominicana se llevaron a cabo acciones de resistencia a esa antipatriótica decisión.  Los ejemplos abundan:  y es así como desde San Francisco de Macorís, pasando por Baní,  Puerto Plata y Moca,  los patriotas dominicanos se manifestaron con las armas en las manos en contra de la anexión a la Corona Española.

Cabe destacar que en la ciudad de Puerto Plata, un hermano de Ramón Matías Mella, de nombre Idelfonso Mella, protestó contra la traición llevada a cabo por Santana.

Igualmente debemos señalar que el prócer trinitario Francisco del Rosario Sánchez, invadió el territorio nacional al mando de un grupo de patriotas para combatir la anexión,  apenas dos meses y medio de concretizada,  Acción que terminó lamentablemente con el fusilamiento del prócer trinitario Francisco del Rosario Sánchez, ordenado por el general Pedro Santana.

Sin embargo,  a pesar de esos reveces el interés de los dominicanos de revertir la traicionera decisión de Pedro Santana, no cesaron y fue así como el 16 de agosto de 1863 un grupo de catorce dominicanos decidió tomar las armas y producir lo que la historia registra como el Grito de Capotillo.

Al mando de ese valiente y reducido grupo de patriotas se destacaron Santiago Rodríguez, José Cabrera y Benito Monción.

No pasó mucho tiempo cuando la línea noroeste se convirtió en escenario del patriotismo dominicano al incrementarse los enfrentamientos bélicos siendo Santiago de los Caballeros el lugar que determinó el curso de la guerra restauradora.

Resulta importante destacar que Ramón Matías Mella, y Juan Pablo Duarte, fundadores de la República Dominicana, se mostraron dispuesto a luchar por la restauración de la República, sin embargo,  en caso del Creador de la República Dominicana,  Juan Pablo Duarte,  su presencia no fue de mucho agrado del gobierno restaurador.

Ahora bien, es en Capotillo donde se inicia la guerra popular que dos años después restablecería la soberanía nacional.

Es en Capotillo, donde la traicionera anexión llevada a cabo por  Santana, comenzó replegarse de manera definitiva hasta terminar con la salida de las tropas española el 20 de julio de 1865.

Y es el Grito de Capotillo el ejemplo más contundente, que le debe servir de advertencia  a los que hoy pretenden destruir nuestra identidad.

El Grito de Capotillo es un ejemplo de que al pueblo dominicano no se amedrenta ante la adversidad por poderosas que sean las fuerzas que tenga que enfrentar.

Por eso,  al celebrar el 151 aniversario de la Restauración de la República,  los enemigos de la patria deben saber que al igual que ayer, la capacidad de lucha sigue latente en los corazones de cada dominicano Y, que los dominicanos siempre lucharemos por restaurar la Republica Dominicana, cuantas veces sea necesario.

¡Que Viva Juan Pablo Duarte!

¡Que viva Gregorio Luperón!