La Casa Blanca anunció la tarde del viernes cambios en su política hacia Cuba ampliando los viajes de estadounidenses a la isla y el envío de remesas, que ahora podrán destinarse a personas que no sean familiares del remitente.
“El presidente Obama dio instrucciones a los secretarios de Estado, Tesoro y Seguridad Nacional para que tomen una serie de medidas a fin de continuar los esfuerzos de apoyar al pueblo cubano en su deseo de determinar libremente el destino de su país”, dice el comunicado distribuido por la presidencia estadounidense.
Los cambios incluyen la posibilidad de que algunos estadounidenses puedan viajar hacia Cuba, posibilidad hasta ahora limitada a ciudadanos con familiares en la isla. Ahora los estadounidenses podrán participar en viajes educativos, culturales y religiosos.
Además, se podrán enviar remesas hasta por US$500 trimestrales a ciudadanos cubanos y no solamente a familiares como está especificado actualmente.
“Estas medidas aumentarán el contacto entre los pueblos; apoyarán a la sociedad civil en Cuba; mejorarán el libre flujo de información para los cubanos, por ellos y entre ellos y ayudará a promover su independencia de las autoridades cubanas”, dice el comunicado que fue distribuido hacia el final de la tarde en Washington.
Embargo inamovible
Universidades y grupos religiosos podrán obtener licencias para organizar viajes a Cuba, patrocinar seminarios, conferencias y talleres en el país caribeño.
Estas medidas aumentarán el contacto entre los pueblos; apoyarán a la sociedad civil en Cuba; mejorarán el libre flujo de información para los cubanos, por ellos y entre ellos y ayudará a promover su independencia de las autoridades cubanas
Comunicado de la Casa Blanca
La intención de aumentar el límite al envío de dinero es “apoyar actividades económicas privadas, entre otros propósitos”, aunque el comunicado aclara que “los benefactores no pueden ser altos funcionarios del gobierno cubano ni del Partido Comunista Cubano”.
La Casa Blanca aclara que el embargo que rige sobre Cuba sigue en vigencia y que “estas medidas, en combinación con la continuación del embargo son pasos importantes para lograr un objetivo compartido ampliamente de una Cuba que respeta los derechos básicos de todos sus ciudadanos”.
En una conferencia de prensa posterior, un alto funcionario del ejecutivo estadounidense negó que las modificaciones vayan a beneficiar al gobierno cubano, afirmando que el dinero de las remesas “va a ir directo al bolsillo de los cubanos”.
El funcionario afirmó que no hubo ninguna coordinación ni información previa a La Habana, al afirmar que el anuncio no guarda relación con la ronda de conversaciones sobre acuerdos de migración que discutieron esta semana en la isla funcionarios del Departamento de Estado con sus similares cubanos.
“Esto no lo estamos haciendo con el gobierno cubano, sino con el pueblo cubano. Esto no involucra ninguna notificación anterior. El gobierno cubano se enteró junto a todos ustedes”.
Críticas
En abril de 2009 el presidente Obama ya había relajado algunas de las restricciones heredadas del gobierno de George W. Bush al eliminar los límites que habían a los viajes familiares a Cuba, ampliar las remesas familiares y autorizar a empresas de telecomunicaciones trabajar para mejorar las conexiones entre ambos países.
Los nuevos anuncios, igual que sucedió en aquella ocasión, no han sido bien recibidos por el llamado lobby cubano de Florida y Nueva Jersey.
“Estos cambios socavan nuestra política exterior y nuestros objetivos de seguridad y solo traerán beneficios económicos al moribundo régimen cubano”, expresó en un comunicado la tarde del viernes la congresista republicana de origen cubano Ileana Ros-Lehtinen, presidenta del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes.
“Suavizar estas regulaciones no ayudará a mejorar la situación por una Cuba democrática. Estos cambios no lograrán que el régimen castrista respete los derechos humanos. Y seguramente no ayudarán al pueblo cubano a liberarse de la despótica tiranía que los oprime” consideró Ros-Lehtinen.
Aplausos
En cambio el jefe del comité de exteriores del senado, el demócrata John Kerry, afirmó en un comunicado que las nuevas decisiones abren la posibilidad de “forjar vínculos más profundos que interesan a EE.UU. hoy y en el futuro”.
Estos cambios socavan nuestra política exterior y nuestros objetivos de seguridad y solo traerán beneficios económicos al moribundo régimen cubano
Congresista republicana de origen cubano Ileana Ros-Lehtinen
“Este es un paso importante. Si los gobiernos no pueden resolver los problemas entre ellos, al menos deberían hacerse a un lado y permitir que los ciudadanos trabajen en la búsqueda de soluciones”, expresó Kerry quien aseguró que seguirá trabajando para lograr que cualquier estadounidense pueda viajar a Cuba.
Grupos que promueven cambios en la política cincuentenaria de la Casa Blanca hacia La Habana, también aplaudieron la decisión, que se esperaba desde hacía ya varias semanas.
“Cuando los cubanos están cambiando su sistema de maneras fundamentales, es una buena idea tener mayor vinculación”, dijo Sarah Stephens, directora del Centro para la Democracia en las Américas, una organización de estudios políticos que aboga por el levantamiento de todas las restricciones de viaje entre Cuba y EE.UU.
“Hay que alabar al presidente por tomar este paso para mejorar nuestra política e, idealmente, mover hacia adelante una reforma en las relaciones entre EE.UU. y Cuba”, afirmó Stephens en un comunicado en el que asegura que la decisión “da credibilidad” a la estrategia del presidente Obama.
Los cambios deberán entrar en vigor dentro de dos semanas, luego de que se modifiquen algunos impedimentos legales y queden oficialmente registrados.