PUERTO PRINCIPE, Haití.– El expresidente de Haití Jean Claude Duvalier quedó hoy en libertad tras prestar declaración en la Fiscalía de Puerto Príncipe, que abandonó inculpado por desvío de capitales durante su mandato (1971-1986), dijeron fuentes judiciales.
Duvalier permaneció en la Fiscalía durante más de cuatro horas para responder a las preguntas del fiscal Aristidas Auguste y del juez de instrucción encargado del caso, Carves Jean.
Finalizado el interrogatorio, salió del edificio sin esposas y acompañado por agentes de Policía para dirigirse presumiblemente al hotel donde se hospedaba desde el domingo, cuando arribó por sorpresa a Haití después de 25 años de exilio en Francia.
Al término de la declaración, sus abogados dijeron a periodistas que el exmandatario queda ahora a disposición de la justicia haitiana.
Jean Claude Duvalier, de 59 años, también llamado “Baby Doc”, gobernó entre 1971 y 1986 como sucesor de su padre, Francois Duvalier, quien lo había hecho desde 1957.
La familia Duvalier lideró un régimen al que se considera responsable de numerosos crímenes y del desvío de sumas millonarias pertenecientes a los fondos del Estado.
En 1987 fue juzgado ante un tribunal por una demanda civil por el presunto desvío en provecho propio de 120 millones de dólares de fondos del Estado, y en 1991 se presentó otra demanda por el supuesto robo de 800 millones que al parecer tenía en distintos bancos de EE.UU., Suiza y Francia.
La comparecencia de Duvalier ante la autoridad judicial se produjo un día después de que el primer ministro del país, Jean Max Bellerive, dijera que es “un ciudadano haitiano que regresa a su país” y que “si hay procesos judiciales que le conciernen, la Justicia tiene que hacer lo que hay que hacer”.
Durante el tiempo que duró la declaración, grupos de seguidores permanecieron en los alrededores de la Fiscalía para darle apoyo junto a activistas de los derechos humanos que denunciaron los crímenes de los que se le acusa.
Entre los presentes estaba la responsable del organismo “Droits et democratie” (Derechos y Democracia), Daniele Magloire, exintegrante del Consejo de los Sabios de Haití, quien mostró su sorpresa por la falta de información acerca del procedimiento judicial abierto y de las etapas que seguirán.
El director ejecutivo de la red Nacional de Defensa de Derechos Humanos (RNDDH), Pierre Esperance, dijo a Efe que “Duvalier fue el cabecilla de muchos crímenes que se cometieron entre 1971 y 1986, que se pueden calificar de crímenes contra la humanidad”.
Según él, entre estos crímenes figuran “la tortura, la detención arbitraria, el asesinato y la ejecución sumaria. Son crímenes que no prescriben”, aseveró.
Amnistia Internacional, Cáritas de Haití y otros organismos habían exigido que el exmandatario fuera llevado ante la justicia para responder por las acusaciones de crímenes y desviación de recursos públicos que se le imputan.
Las reacciones a la inesperada llegada de Duvalier a su país continuaron hoy y el portavoz del Departamento de Estado de EE.UU., Philip Crowley, dijo que, teniendo en cuenta “la lista de desafíos” que afronta el país, “el regreso de un exdictador a Haití solamente añade más carga” a la que ya sufre tras el trágico terremoto de enero de 2010, el brote de cólera y la crisis política y electoral.
El portavoz quiso dejar claro que EE.UU. estaba “sorprendido” por el regreso de “Baby Doc”.
“No nos consultaron ni estábamos involucrados en su regreso a Haití”, recalcó, para descartar de antemano cualquier posible intento de vincular a Estados Unidos con el retorno del expresidente haitiano a su país.
También desde Estados Unidos, el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs, indicó que “cualquier líder político, presente o pasado, debería centrarse no en sí mismo, sino en lograr avances hacia una serie de importantes metas, como los derechos humanos, el proceso electoral y la reconstrucción del país”.
La ONU, por su parte, indicó a través de su alta comisaría para los Derechos Humanos que el inesperado regreso abre muchas interrogantes.
Rupert Colville, portavoz de la alta comisionada, Navi Pillay, subrayó que no está claro si hay bases legales para poder arrestarlo, ya que, dijo, “para abrir un caso debe haber pruebas de una forma organizada, y estamos viendo si esto es así”.
El portavoz no quiso entrar en disquisiciones sobre el motivo por el que nunca se acusó de ningún crimen al ex dictador durante sus 25 años de residencia en Francia, ni sobre el hecho de que sólo ahora, con su sorprendente regreso a Haití, la alta responsable se interese por el asunto.