Como cada año veo pasar el 5 de abril, como el día del periodista, es un día importante para algunos comunicadores, que reciben decenas de regalos, pero para otros, que son la mayoría es una fecha más en el calendario, porque tienen que salir a trabajar duro para poder garantizar el sustento de los suyos.
Y es que parecería que el periodismo, es una carrera que genera dos clases de profesionales, los que salen preparados para informar, educar y orientar a la población y los que salen preparados para comercializar las informaciones y lucrarse con ella, en una sociedad que está llena de corrupción, donde esos comunicadores tienen un gran mercado, porque son muchos los que pagan para que sus errores se queden ocultos.
Hay que lamentar el hecho de que muchos estudiantes de comunicación, sigan el mal ejemplo, creyendo que el éxito de la carrera está en producir dinero, porque han visto que algunos se han hecho millonario, ejerciendo un periodismo de chantaje.
Quien quiere tener éxito y al final de la carrera estar satisfecho por el deber cumplido, tiene que apegarse a la ética y ejercer el periodismo con libertad, apegado a la veracidad de los hechos.
Hoy el país está lleno de gente que se dice ser periodista, pero sin ninguna vocación para el servicio de la comunicación y están buscando en esta carrera lucro económico y proyectar su imagen.
Hay que seguir hacia adelante con la esperanza de que algún día sean castigados los que corrompen esta hermosa profesión, que cuando se ejerce con pulcritud llena de felicidad a quien sirve y a recibe la información de los hechos.
La mezcla del dinero y el periodismo ha dañado este oficio, porque hay quienes utilizan la profesión como si fuera una máquina para producir papeleta y lamentablemente esos son los que han controlado por mucho tiempo los medios, porque las empresas no quieren “pendejos”, con principios, sino sabios sin escrúpulos para producir riqueza.
En particular yo estoy optimista de que pronto la situación cambiará, porque los buenos son más, y al final de la película son los que quedaron vivos, y los malos morirán o pronto serán castigados y desplazados de los puestos em donde utilizan el periodismo para lucrarse cambiando el sentido de la información. Pueden cambiar el sentido de información, pero no pueden cambiar la verdad que es la que al final se impondrá.
Quienes hoy ejercen el periodismo y viven con dificultades económicas les invito a no desesperarse, ni auto censurarse, mantengan su principio, porque, aunque no se diga hay muchos que le reconocen su labor, en cambio para aquellos que se han lucrado de esta profesión, hoy le invito a reflexionar, si usted merece esa riqueza mal ávida, que se logró mal informando y perjudicando a la población que tiene el derecho de estar informada con hechos verídicos, no con arreglos.
Adelante periodistas dominicanos apegados a la ética, que para ustedes Dios le tiene algo muy bueno y para quienes han hecho lo contrario, ojalá que Dios tenga misericordia de ellos.