Al dominicano(a) si logra emigrar, en ese mismo instante se cambia el chip, replantea en su cerebro un plan de vida totalmente distinto y positivo a su realidad local. Las ideas le fluyen. Sabe lo que quiere y lo logra, aplicando de manera natural, lo que llaman “Ley de la Atracción”

Lejos de su país, el dominicano(a) es el ser más trabajador sin darle la más mínima importancia al trabajo asignado, lo que quiere es “progresar” el llegó para triunfar y se convierte en pluriempleado. Agotar extensas jornadas laborales, no le merma el ánimo, para hacer otro, llega a su casa, se integra de inmediato a las tareas del hogar como limpiar, planchar, cocinar, cuidar los niños. Es de todos conocidos que en países desarrollados, por lo general, sólo los pudientes o ricos pueden pagar los servicios inherentes del hogar.

Lejos de su país el dominicano(a) es el ser más responsable, disciplinado y sobre todo puntual, nos convertimos individuos más formales.
Lejos de su país el dominicano(a) cuida su economía. Controla muy bien sus gastos. Cumple con sus necesidades básicas, paga sus cuotas fijas, ahorra y es difícil verle haciendo préstamos personales. Se siente responsable y nunca olvida sus parientes en República Dominicana, a los que siempre envia su solidaria remesa.

Lejos de su país el dominicano(a) practica de manera ejemplar el civismo: no tira basura en la calle y en su casa aprende a reciclarla, respeta a sus vecinos, respeta el medio ambiente, sabe vivir en apartamentos, cuida todas las áreas verdes, no se le ocurre dejar o tirar basura, jamás llega a una casa sin ante avisar, conduce con precaución, si bebe no conduce, habla pausado, por lo general, nunca se atreve a conducir sin licencia, usa el cinturón de seguridad, sus hijos menores lo sienta en el asiento trasero, no toca bocina, no anda con los parlantes de su auto sobrepasando los límites de decibeles, se parquea de manera correcta, respeta al peatón, si es fumador no fuma en áreas restringidas, ni tira colillas en la acera.

Lejos de su país, el dominicano(a) paga sus impuestos cada año, porque tiene la garantía de que ese dinero será devuelto en servicios.

Lejos de su país el dominicano(a) ama y aprecia más a su país, lo encuentra hermoso, al escuchar el himno nacional se le pone piel como “carne de gallina”, sobresaltos de emoción y siente molestas mariposas en el estómago al escucha una que otra canción. Se llena de orgullo presentar nuestra Bandera tricolor.

Lejos de su país el dominicano(a) actúa apegado a las leyes, con respeto las acoge, organiza su status migratorio, aprende la importancia de hacerlo, conoce sus derechos y deberes, lo exige cuando es necesario, se siente un ciudadano sin importar la actividad laborar que realiza ni su condición socioeconómica.

En los países desarrollados todas las actividades laborales son importantes y necesarias, por ello se realizan desde una óptica profesional y con respeto, ser obrero(a), medico(a), peluquero(a), abogado(a), cocinero(a), empleados(as) de limpieza, banqueros, ingenieros y albañiles, todos son ciudadanos necesarios para construir una sociedad justa y equitativa.