Agradecemos a Dios y a ustedes por acompañarnos en esta mañana, en este significativo encuentro, en el que estamos sentando las bases, finalidad y propósito de UNA NACIÓN BAJO DIOS (U.N.B.D.).

De manera breve y resumida tocaré la situación política actual del país; claro que para hablar de eso, es indispensable referirme a la administración pública de los partidos políticos tradicionales que  nos han gobernado, especialmente en los últimos años.

La concepción ideológica que han asumido nuestros  políticos, ha sido la del enriquecimiento rápido sin importar que para lograr su propósito tengan que sacrificar a los más vulnerables de la sociedad que por desgracia es la mayoría.

El actual sistema político, en vez de luchar para que las riquezas sean distribuidas de manera equitativa, este se empeña en empobrecer, envilecer y excluir a la mayoría, logrando que las riquezas solo puedan ser obtenidas y disfrutadas por unos cuantos, mientras que la mayoría ve truncada sus posibilidades de avanzar hacia la equidad, la igualdad y el bienestar común.

Más que cumplir con su cometido de servir en la solución de los problemas que afectan los más pobres, se ha convertido en parte del problema, pasando a ser un burdo mercado de intermediarios, negociantes y oportunistas de la política.

Haciendo acopio de esta realidad social política en toda Latinoamérica el ex-presidente de Uruguay Mujica, expresó: “La política es para servir, el que quiera dinero, debe dedicarse a los negocios, estableciendo empresas u otras cosas”. Sin embargo el sistema tradicional en la República Dominicana, forma a los políticos para que estos se olviden de los valores patrios, éticos y morales, de la doctrina de Duarte, de la valentía de Luperón y de los principios y enseñanzas establecidas por nuestro Señor Jesucristo.

Convirtiendo lo que por definición  debe ser un Estado de derechos, en un estado vampiro, donde el político por así decirlo, se nutre de la sangre del pueblo, limitando la democracia y restringiendo la justicia social. Imponiendo, el desorden, el caos, la inseguridad, la corrupción, los anti valores, donde no se toma en cuenta la persona por sus méritos sino por  lo que posee, aunque lo haya obtenido de forma fraudulenta, o derramando sangre.

La República Dominicana cuenta con todas las condiciones para convertirse en un país productivo con altos niveles de calidad de vida para sus ciudadanos, si es gobernada por un gobierno honesto, transparente y con principios cristianos. Sin embargo la situación en la que se encuentra la mayoría es en pobreza, inseguridad social y desempleo.

Somos un país que por sus recursos naturales es rico, puesto que se habla de más de 50 minas de oro, de petróleo y sus fuentes acuíferas son las más claras de América Latina con un alto índice agrícola que ha sido descuidado en los últimos años. Se entregan nuestros recursos naturales de manera graciosa a transnacionales, quedándose ellos con la masa, mientras que nosotros solo tenemos derecho a los huesos y en muchos casos ni siquiera  a estos.

El sistema político dominicano está en su etapa más crítica de descredito y desconfianza, la ciudadanía ha perdido totalmente la confianza en sus actores ya que de manera descarada mienten, irrespetan la constitución, deshonran la soberanía nacional, y en otros casos hasta intentan imponer leyes, que son contrarias a la buena costumbre, a la ética y la moral,  violentando los principios constitucionales establecidos sobre la familia y sobre todo caminado de espalda a Dios.

Con estos políticos no se vislumbra esperanza alguna de cambio ya que  son los mismos desde hace 40 o 60 años. Les conocemos y conocemos la manera como se manejan estos personajes, sus argucias como engañan cada cuatro años a la ciudadanía, como se burlan de los pobres ofreciéndoles sueños que nunca cumplen, como se aprovechan de sus necesidades llevándolos como oveja al matadero. ‘Esto tiene que cambiar’

La República Dominicana no resiste más traición, más endeudamiento, mas desfalco, más promesas sin cumplir, más aberraciones sexuales, más políticos corruptos, más engaños a los sectores religiosos, más impunidad, más violencia, más sicariato, más lavado de dinero, más drogas,  más abusos de poder, más egocentrismo, más indiferencia al sector salud, a la seguridad social, al sistema agrario, a la educación, al medio ambiente, a la familia, a los valores, y al sistema de vida de los ciudadanos.

A raíz de toda esta problemática nacional, como alternativa, surge UNA NACIÓN BAJO DIOS (U.N.B.D.), cuya visión, misión y propósito  incluye un cambio, una transformación social, y una reorganización de nuestras instituciones, bajo la consigna de la aplicación de la ley e igualdad de derechos, rescatando al mismo tiempo nuestros valores éticos, morales y cristianos.

Este es un proyecto abierto con cabida para todas aquellas personas nacionalistas, patriotas que piensan en una mejor República Dominicana, más que en prosperar económicamente, ya que el bienestar de todos es la esencia de nuestro objetivo.

Creemos fielmente que el modelo político debe evolucionar, con el nacimiento de UNA NACIÓN BAJO DIOS (U.N.B.D.), se dará inicio a este nuevo estilo de hacer política, no porque seamos nuevos, sino porque estamos dispuestos a estar de lado y hacer causa común con el soberano que es el pueblo, nos comprometemos a luchar en favor de la familia, de las iglesias, de la soberanía nacional, del medio ambiente, de la ética y de los valores.

Propiciaremos el levantamiento social, no con sangre, ni violencia,  sino motivando el accionar en la conciencia de la gente que le pertenece y le duele el país. Declarando así la guerra pacifica por el establecimiento de una verdadera democracia, donde se respeten los derechos  fundamentales establecidos en la constitución y las leyes que rigen dominicana.

Nos proponemos competir en el próximo torneo electoral llevando candidatos a la presidencia, al congreso y a los ayuntamientos, hombres y mujeres con disposición de hacer las cosas correctas, que no le doble el pulso para decir no a lo que ofende a los principios y valores de la nación dominicana, lo que ofende y pone en peligro la familia, lo que pone en peligro nuestras creencias bíblicas, nuestros principios y valores éticos y morales.

Por tanto invitamos  hombres y mujeres de todo el país, de organizaciones comunitarias, de las iglesias, de juntas de vecinos, de clubes, organizaciones campesinas, confraternidades y federaciones de pastores,  sindicatos, ONGs, y otras organizaciones de carácter político que se sumen en este proyecto, no le sigamos más el juego al entramado sistema político donde solo se nos usa como carnada para ellos enriquecerse, este es el tiempo de producir una verdadera trasformación, esto solo es posible, si nos atrevemos a vencer el miedo y nos unimos, con un solo pensamiento, una sola aptitud y un solo lenguaje.

Aclaramos que no vamos específicamente contra nadie sino contra nuestro sistema político nefasto y déspota, si a favor de los ideales que van con la mayoría de nuestra gente, que comparten la igualdad, la justicia social y la solidaridad con nuestros ciudadanos.

UNA NACIÓN BAJO DIOS (U.N.B.D.), representa el verdadero cambio, la verdadera revolución, el verdadero social cristiano, la verdadera liberación cristiana, somos la verdadera concepción de progreso que puede producir el bienestar social que  nuestro país necesita.

Muchas Gracias que Dios les bendiga.