Juan Tomas TaverasPor JUAN TOMAS TAVERAS

“El progreso no consiste en aniquilar hoy el ayer, sino, al revés, en conservar aquella esencia del ayer que tuvo la virtud de crear ese hoy mejor”. (José Ortega y Gasset)…

 

La historia de la sociedad dominicana registra grandes acontecimientos acaecidos en diferentes fechas y liderados por valientes, visionarios e imprescindibles héroes; hombres y mujeres, a los que debemos la conformación de nuestro Estado libre, soberano e independiente; pero lamentablemente, hoy esos principios de libertad, soberanía e independencia, están en dudas. Duarte, Mella, Sánchez, Luperón y Fernández Domínguez; trinitarios, restauradores y constitucionalistas son los protagonistas de todo ese acontecer que hizo posible que hoy seamos República Dominicana.

 

Cabe llamar la atención en el sentido de que nuestros patricios no ocupan el lugar que les corresponde como guías e inspiradores del nacimiento de nuestra república con libertades y derechos, tal es el caso del desconocimiento de las hazañas y los méritos de nuestros patriotas, por lo que urge rescatar y reivindicar su legado, pues nuestra patria agoniza y con ella nuestras raíces y el orgullo de ser dominicanos.

 

Apura provocar una revolución patriótica nacional en pos de salvar los ideales trinitarios restauradores y constitucionalistas, que hasta hoy siguen siendo el mejor y mayor ejemplo a seguir. Nuestro pueblo debe despertar y cada ciudadano debe asumir su ciudadanía participando activamente en los asuntos públicos y en la conquista del sueño Duartiano, aún inconcluso.

 

“Ningún pueblo ser libre merece si es esclavo, indolente y servil; si en su pecho la llama no crece que templó el heroísmo viril” Estrofa del Himno Nacional.

 

Debe llevarnos a la reflexión la pérdida de los valores patrios y el desinterés en los asuntos públicos. Apremia fortalecer y promover la conciencia cívica, el compromiso social, la sensibilidad patriótica, el bien común en tiempos en que existen tantas frustraciones, individualismo, y pérdida de valores éticos y morales.

 

La verdad es que el patriotismo dominicano se ha ido desvaneciendo poco a poco. La enseñanza en el hogar y centros educativos demanda inducir la vocación y la solemnidad requerida para conectarnos con nuestro nacionalismo o dominicanidad.

 

Las sociedades avanzadas han sostenido su desarrollo en su amor y valor a su cultura, a su identidad nacional y al trabajo colectivo de sus ciudadanos, en pos de conseguir sus objetivos nacionales.

 

Ningún pueblo que no tenga respeto ni amor por sí mismo, por su patria, ni por su sociedad, merece haber tenido patricios dadores de libertad.

 

Plasmemos el rumbo del interés nacional, pero esta vez para una guerra diferente, una guerra para vencer el robo público, la corrupción, la impunidad, el crimen organizado, el irrespeto a la ley, la inseguridad, los anti valores y la violencia en todas sus manifestaciones.

 

A propósito del limitado mes de la patria, necesitamos más que un mes; debemos pedir y estar día a día, hoy, mañana y siempre: con, por y para la patria. Los valores patrios, nuestros sentimientos puros de identidad nacional, deben ser la esencia de la cohesión social tan anhelada, para revertir los males que corroen e impiden medrar nuestra sociedad.

 

Toda esta situación deja de lado el sueño de nuestros patricios de una verdadera democracia con libertad y derechos plenos; y sobretodo relega la producción y el desarrollo sano y viable; dificultando así, que las personas individualmente y las instituciones, empresas o grupos probos puedan ser viables para sostenerse en el tiempo. Pero mucho menos puede competir con todos estos individuos que mal dirigen y controlan el Estado. Hoy empeñado por las deudas y las mafias que nos gobiernan.

 

No queremos creer en la esperanza de un hombre o una mujer predestinada a salvarnos, preferimos confiar en revivir en cada acción ciudadana con la conciencia y los sentimientos de patriotismo de nuestros héroes y todos aquellos que han dado su vida, o las han arriesgado por la República Dominicana.

 

Pongamos en alto los símbolos patrios, la Bandera, el Escudo y el Himno Nacional. ¿Dónde están esos descendientes y herederos de nuestros patriotas? Debemos despertar y continuar la misión de seguir defendiendo su legado, su herencia de país libre, que hoy hemos permitido sea pisoteado, corrompido, contaminado, hipotecado, entre tantas cosas más.

 

Despierta pueblo dominicano, heredero de Duarte, Sánchez, Mella, Luperón, Fernández Domínguez y los tantos héroes que enorgullecen la dominicanidad.

 

Conquistemos un proyecto de nación, construyamos una cultura de paz, trabajemos por un desarrollo humano, integral y sostenido; preservemos el sueño de nuestros patricios, de los trinitarios y demás héroes.

 

“En la justa medida en que cada ciudadano cumpla los principios constitucionales, y los deberes y derechos, habrá garantía para la paz social y el estado de derecho democrático”.

 

“Adelante, patricio constante, por la Patria a vencer o morir: es infame quien dude un instante que sin Patria es mejor no vivir” (Juan Pablo Duarte)…