Nelson Reyes Estrella
Con la entrega del premio nobel al actual presidente de los Estados Unidos el 09 de octubre del 2009, Barack Obama, escribí un artículo cuyo título fue “El Nobel de la Guerra”, ahora evaluando el balance Obama en término de guerra y de paz, la guerra ha primado y tenía razón cuando en aquel momento escribí el texto señalado.
El artículo no fue motivado porque el presidente Obama no lo mereciera, las motivaciones son otras, hay que resaltar que es muy posible que Obama como persona su fin último sea la guerra, pero como representante de la mayor potencia que haya existido jamás; un país cuyo complejo industrial y militar se coloca por encima de todo el universo, no es para que desde el país norteamericano se haga lo que un mandatario como Obama quiera.
De manera que, cuando se entrega el Premio Nobel a un presidente de los Estados Unidos en sentido general (no solo a Obama), se deja de visualizar el hecho que ese complejo industrial militar descrito muy bien por el profesor Juan Bosch en su libro “Pentagonismo Sustituto del Imperialismo” está por encima del mismo presidente, y los intereses militares están por encima del fin último que sería la paz, entonces, Estados Unidos se mantendrá en la guerra permanente y de hecho ese es el balance al final de los mandatos de Obama.
Sin embargo, se puede dar crédito al comité del Premio Nobel, porque es posible que la estimulación en aquel momento era motivar el cese de las guerras en un presidente como Obama que a pena iniciaba su mandato y tenía la oportunidad de acabar con ciertos conflictos bélicos promovido por los Estados Unidos, pero al final no ocurrió así y los conflictos continuaron y se escenificaron otros.
En cambio, con la entrega del premio nobel al actual presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, se hace un hecho de justicia al reconocer el esfuerzo de un hombre que ha hecho hasta lo imposible por la paz, utilizando herramienta tan democrática como el referéndum, un país que tiene más 60 años dividido por una guerrilla, conflicto histórico que además de gastado ha evitado una mayor promoción del desarrollo y el verdadero sentir del pueblo trabajador que es Colombia.
Ahora con el premio recibido por el presidente colombiano se puede decir que hay una transición de un Nobel de la guerra como aquel premio entregado al presidente Obama, a un Nobel a la paz entregado a Santos.