Por Juan Cruz Triffolio

TRIFFOLIO EN NUEVA YORKNEW YORK.- El Partido de la Liberación Dominicana -PLD- refleja vivir uno de sus peores momentos en la urbe neoyorquina.

Su dirección política parece más preocupada por las diatribas y la chismografía perniciosa y cotidiana, que por el desarrollo y fortalecimiento institucional.

Las bases peledeístas se muestran desorientadas y sólo parecen valiosas en los momentos coyunturales en donde algunos oportunistas recurren a su convocatoria para luego proyectarse a través de los medios audiovisuales como “líderes de trascendencia política”.

La carencia de una visión y valoración correcta de la natural lucha del liderazgo nacional partidario ha conducido a la dirigencia local y estatal de partido morado a la utilización de una especie de poderosa maquinaria de encontronazos y rencillas que, además de rayar en lo personal, cada día debilita la estructura organizacional, al extremo de hoy tener que registrar dos derrotas electorales consecutivas dignas de la reflexión serena.

El evidente temor a perder posiciones gubernamentales por parte de algunos que proyectan no haber ganado con el constante, arduo y necesario trabajo político, se ha traducido en un extenso rosario de inventivas de calumnias y aspiraciones fantasmagóricas, principalmente, contra auténticos y valiosos compañeros del partido fundado por el profesor  Juan Bosch, quienes, real y efectivamente, representan las auténticas columnas peledeístas en la plaza neoyorquina.

Ante la realidad expuesta y aún faltando por enunciar otras aseveraciones de igual o mayor peso político partidario, es urgente que la dirección, plural y respetada del PLD, con rango nacional, preste una mayor atención y asuma una constante presencia en la secional y estatal peledeísta, en procura de evitar un mayor derrumbe institucional.

Vale de inmediato una especie de profilaxis organizacional donde el respeto a los métodos de trabajo, principios y disciplina, vuelvan a constituirse en verdaderas normas partidarias, al margen o no de su masificación o de las aspiraciones individuales que a algunos, en derecho, les asiste.

Postergar tal intervención podría continuar generando la escenificación de situaciones que poco aportarán al crecimiento y solidez del PLD en una plaza de innegable valor electoral para su continuidad  en el poder, sin importar quiénes resulten ser sus candidatos presidenciales en las contiendas por venir.

Ahora hay tiempo, dejarlo para luego sería dar paso a las innecesarias lamentaciones.

Manos a la obra…, si es pa’ lante que vamos…!!