Por JUAN TOMAS TAVERAS

Juan Tomas Taveras Rodriguez

EL AUTOR es mayor general retirado de la Policía

y periodista. Reside en Santo Domingo.

Es apremiante desmilitarizar a la Policía Nacional y “despolicializar” las Fuerzas Armadas.

 

El eje central de todo servicio público es el ciudadano, la seguridad debe ser, equitativa e igualitaria para todos y sin privilegios. Se urge descontinuar el ser servil con obediencia ciega “al Jefe” o “a quien dirige” en los grupos de poder, sean del sector público o privado. Todos los funcionarios juran cumplir y hacer cumplir la ley, pero no lo hacen.

 

Los derechos no se piden, se exigen. Si la justicia es la garante de que se respeten los derechos, exijamos justicia. Somos una sociedad anómica, que necesita autoridades que cumplan y hagan cumplir la ley con transparencia y compromiso social. Los actores de justicia en República Dominicana sancionan a los descalzos, a los pobres y excluidos; tan solo excepcionalmente uno que otro rico, criminal de cuello blanco o poderosos y muy suavemente.

 

La seguridad ciudadana o humana, esta más allá de una reforma policial. Para garantizar esa seguridad tan implorada y ganar la confianza de los ciudadanos debemos tener claro que la seguridad es un derecho que corresponde al gobierno resolver junto a todos los poderes del Estado con cada uno de sus funcionarios (para eso se les paga y muy caro; vale decir, que los altos funcionarios son los mejores pagados del mundo).

 

En los planes anunciados tradicionalmente en estos temas de seguridad humana y reforma policial, no han sido tomado en cuenta la participación interactiva de la sociedad en su conjunto; principalmente académicos y expertos con las universidades. Todo lo que se ha inventado, copiado o propuesto ha sido simbólico, teorías, discursos y anuncios mediáticos. Urge desarrollar un plan integral sistematizados entre todos los actores de instituciones estatales, con la participación interactiva de cada una de las comunidades o sectores sociales; sin exclusión alguna.

 

No hay voluntad política de parte del gobierno, para disponer de dicho Plan con recursos materiales y económicos suficientes. Elaborar un presupuesto adecuado, viable, transparente y sustentable, por cada año fiscal, el cuál debe estar diseñado:

a)- Primero en torno al policía, calculado por cada miembro policial, incluyendo todas sus necesidades, salarios justos, no menor del equivalente a 650 dólares, seguridad social digna, dietas, transporte, medicina, entrenamiento, capacitación, estudios, tecnología, herramientas, recreación.

 

b)- De la misma forma para cada dotación u oficina con todos los requerimientos necesarios en tecnología, muebles y demás. Con cobertura de todos los gastos del año incluyendo el material gastable.

 

c)- Igualmente tratamiento, debe hacerse con los vehículos.

 

d)- Las operaciones proyectadas a realizarse durante todo el año, especialmente aquellas que llamamos recurrentes como: Semana Santa Segura, Navidad Segura, temporada de béisbol, entre otros eventos que requieren horas y gastos extras, también deben estar contemplados.

 

e)- La reforma policial, es un error pensar que se logrará con una ley. El proceso a largo plazo solo puede alcanzarse a través de la educación, actualizando todo: Planificación estratégica con programas científicos y tecnológicos, pensum, manuales, uso de la fuerza y protocolos de actuación; perfiles de cada actor, docentes, tecnologías, estructuras, doctrina, rol preventivo de la PN en esencia, con ética y transparencia; entre otros.

 

f)- La plantilla de recursos humano debe ser depurada y auditada, clasificando por especialidad, creando los perfiles de quien debe dirigir o coordinar cada puesto. Cualquier miembro policial que no este laborando en tareas propia de servicio policial debe ser excluido de nómina y ese pago debe ser asumido por la persona u institución que lo usa: (políticos, funcionarios de todas las áreas, empresarios, criminales de cuello blanco, entre otros). Que los mismos sean regulados y fiscalizados estrictamente para impedir que realicen trabajos deshonrosos o ilegales.      

 

¿Quiénes dirigen el Estado y la administración pública?: Corruptos que actúan como mafias, esos son los culpables principales de la inseguridad y el crimen. Los policías, los delincuentes comunes, al igual que el pueblo, son sus víctimas.

 

La ley policial y la sazonada reforma es un chivo expiatorio, un entretenimiento para el gobierno evadir responsabilidades. Repito, los Policías y la misma sociedad somos víctimas del sistema mafioso y corrupto que nos gobiernan. No se puede negar que los policías son parte del problema, pero, no se pueden culpar a los hijos de los que enseñan los padres, que son los políticos, el gobierno, el presidente con sus funcionarios, los senadores, diputados, jueces y fiscales. Ataquemos y reclamamos a “los papas” son más responsables y culpables que los hijos.

 

La solución de la inseguridad y el crimen está más allá de la PN, dejémonos de engaño.