DSC_9663 copyPor VICTOR MATEO

Sin lugar a dudas, el Partido Revolucionario Moderno (PRM), a pesar de su corta existencia en el espectro electoral como organización política, constituye el partido opositor con mayor intención de votos y preferencia del electorado, después del Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Sin embargo, para nadie es un secreto que en su interior el PRM es un partido viejo en el sistema, pues fue “creación” consistió en la sustitución de sus siglas por otras y su cúpula es altamente conocida por la sociedad dominicana.

Ahora bien, la estrategia del PRM es sencilla, pues consiste únicamente en rebatir todo lo que el Gobierno hace y dice, no más. La crítica constructiva, la oposición objetiva, la formulación de propuestas, no forman parte de su estrategia, ya que resulta más fácil intentar confundir a un pueblo que siente el calor de un Presidente llano, sincero y sin complejos, de un mandatario humilde, que no se limpia las manos cuando estrecha la de los pobres, como lo es Danilo Medina.

El PRM ha preferido ser el “no” del país. Cada día, al leer, ver y escuchar las noticias, se puede notar lo antes dicho, pues todo lo que el Presidente hace, molesta. Basta ver como el candidato de ese partido se enfrasca en señalar y hasta en irrespetar al primer mandatario de la nación, como que si esa figura no merece el mínimo respeto de todo dominicano, incitando a sus seguidores para que imiten tan mal ejemplo. Eso no es hacer oposición, eso no es saber competir.

 

Desde el pasado año 2015, el Ministro Administrativo de la Presidencia, José Ramón Peralta, ha dado vía las redes sociales, datos que evidencian la gran ventaja que posee el candidato oficialista y Presidente de la República, Danilo Medina, insinuando que la misma es de más de treinta porciento en contra del opositor, Luis Abinader, y que éste último no llega a treinta porcentuales. Eso, como era de esperarse, irritó de mala manera a Abinader y a su equipo.

 

Ahora, lo que el PRM y su candidato pretenden, es precisamente “demostrar” mediante el invento de encuestas sin valor, ni reconocimiento en el país, que sí “pasan de un treinta por ciento” y que el Presidente no ganará en primera vuelta. Lo que si ha quedado en evidencia es la desesperación y la ambición de un grupo sin escrúpulos que tiene sed de poder, no para servirle al pueblo como lo han hecho los distintos gobiernos del PLD, sino para volver a mal gastar y mal administrar lo que le pertenece al Estado. ¡Cuantas cosas compai, cuantas cosas!

 El autor es abogado y reside en Barahona