SANTO DOMINGO, RD.- El domingo pasado, el mercado de valores de República Dominicana dio un nuevo y esperado paso hacia su desarrollo y hacia niveles más elevados de eficacia. También se prevé que ese paso resulte en una mayor profundidad y liquidez de su mercado secundario, que es donde se venden y se compran los títulos previamente emitidos.
El 27 de enero, la Superintendencia de Valores (SIV) registró los primeros títulos del Banco Central (BC), emitidos bajo el sistema de anotación en cuenta o desmaterializados, por un monto total de emisión de RD$9,000 millones. En un ambiente de gran demanda, a finales de la semana pasada la entidad monetaria colocó la mayor parte de estos certificados entre instituciones financieras.
En una venta de títulos al mejor postor, el Banco Central abrió la puja con un monto total a subastar de RD$7,500 millones, distribuidos en tres certificados, con plazos de vencimientos de 2, 5 y 7 años, y con tasas de interés anuales en sus cupones de 10%, 12.5% y 14.5%, respectivamente.
Pero en el transcurso de la subasta, la demanda de esos certificados ascendió a RD$8,553.8 millones, lo que representa el 107% del monto adjudicado (RD$7,996.7 millones). En otras palabras, la demanda de los inversionistas superó la oferta de títulos que inicialmente realizó el Banco Central en esa licitación.
Al referirse a los títulos desmaterializados, Guarocuya Félix, superintendente de Valores, explicó que esta modalidad de emisión “le da dinamismo, liquidez y profundidad al mercado secundario”. Observó que el registro de esta novedosa emisión realizada por el Banco Central “entra en los planes de la Superintendencia de tener un mercado de valores estandarizado, eficaz y concurrente”.
También señaló que los títulos desmaterializados tienen un riesgo mínimo de que se pierdan, se deterioren y o de que sean falsificados. En otras palabras, no es posible que el tenedor pierda su título, como podría suceder si es de papel.
A esto se le añade la facilidad de intercambio, independientemente del monto de su valor, lo que permite una negociación más eficaz en el mercado secundario, dándole una mayor liquidez y profundidad. “Son títulos-valores que cumplen con las mejores prácticas internacionales”, subrayó Guarocuya Félix.
Las características
Una de las peculiaridades de ese formato de emisión consiste en que las transacciones de estos títulos pasen por los medios informáticos, permitiendo que las operaciones de intercambio queden registradas.
Como consecuencia de ese registro, este sistema contribuye a que el mercado genere informaciones de forma más eficaz sobre las negociaciones de los títulos en el mercado secundario.
Además de ser desmaterializada, esa emisión tiene una denominación de 10 mil pesos, por lo que con esa iniciativa, el Banco Central apoya los esfuerzos de la Superintendencia de Valores para que las emisiones de títulos se realicen con una denominación baja. De este modo comienzan a sentarse las bases para que los pequeños inversionistas, que tienen ingresos bajos, puedan tener acceso a los instrumentos que se ofertan dentro del mercado de valores.
Esto encaja con una de las principales metas de la SIV para el 2011, que consiste en avanzar en la implementación de los 38 principios de la Organización Internacional de Comisiones de Valores (IOSCO), que recogen las mejores prácticas internacionales.
En esa línea, la SIV se encuentra en proceso de implementar un reglamento sobre las negociaciones en el mercado de valores, que entre otras importantes medidas, busca proteger y garantizarles el acceso al mercado a los pequeños inversionista.
Compromiso cumplido con el FMI
Con la emisión de títulos desmaterializados, el Banco Central cumple con los compromisos asumidos por el país con el Fondo Monetario Internacional. Esa iniciativa está incluida en la Carta de Intenciones como uno de los indicadores de referencias estructurales para diciembre de 2010.
Desde hace varios años, el Banco Central se encontraba inmerso en la ejecución de los planes para emitir títulos desmaterializados, y un hito muy importante dentro de ese recorrido fue la octava resolución de la Junta Monetaria (JM) del 21 de agosto de 2009. En ella se autoriza a la entidad a iniciar “de forma gradual” el proceso de anotación en cuenta de sus títulos-valores.
De acuerdo a esta resolución de la JM, con esta emisión, el Banco Central inicia una sustitución gradual de sus títulos físicos por registros electrónicos en el Depósito Centralizado de Valores (CEVALDOM). Eso significa que, en vez de que los inversionistas tengan en sus manos un título físico o en papel, tendrán una cuenta a su favor en CEVALDOM.
Pero la resolución de la JM aclara que este proceso de sustitución de los títulos físicos por anotación en cuenta o registros electrónico “deberá contar previamente con el consentimiento de los inversionistas”.
Desde hace más de dos años el Ministerio de Hacienda, a través de su Dirección de Crédito Público, emite sus títulos de forma desmaterializada, los que son objetos de gran demanda por parte de todas las instituciones financieras del país.