Por: Ismenia Aquino
Los poderes del estado se ejercen por mandato del pueblo, expresado a través de diferentes mecanismos, uno de ellos son las elecciones de sus autoridades. Los ciudadanos, a través del voto, autorizan a los representantes electos a transformar la voluntad popular en actos de gobierno que le favorecen positivamente.
En democracia, el pueblo es soberano, no por esencia sino por vocación, significa que es del pueblo de donde proceden el poder público y las leyes. Los gobernantes no pueden ser más que agentes ejecutores, que deben ceñirse a los fines determinados por la voluntad general.
Según los grandes teóricos de la representación, Hobbes y Locke. Tanto uno como en el otro, coincidente en que, en efecto, el pueblo delega contractualmente su soberanía a los gobernantes. Para Hobbes dicha delegación es total; sin embargo Locke plantea que la delegación está condicionada: el pueblo no acepta deshacerse de su soberanía más que a cambio de garantías que tienen que ver con los derechos fundamentales y con las libertades individuales.
Es así que, cuando se pretende violentar o suplantar, el mandato que otorga el pueblo libérrimamente, mediante el sufragio a quienes los representan: Presidente, Senadores, Diputados, Alcaldes y Concejales, estamos frente a un Golpe de Estado. Ya que se intenta vulnerar la legitimidad institucional establecida en un Estado.
Hoy, sectores de la oposición política dominicana procuran suplantar, el poder que les otorga la constitución de la Republica Dominicana a los Senadores, de seleccionar los miembros que integraran; los jueces de la Junta Central Electoral, del Tribunal Constitucional, la Cámara de Cuenta, al Defensor del Pueblo, entre otros. Con la propuesta de una simple comisión de supuestos “notables”.
Realidad ésta, que a toda vista luce, como la consumación de un Golpe de Estado Parlamentario. Puesto que, las funciones propias del Senado y los Senadores, emanada de la voluntad de los ciudadanos, por capricho, serán delegados a personas a la cual la población no eligió para que los representen. No creo que los Senadores deleguen sus atribuciones, pues desfraudarían a sus electores.