En su reunión de política monetaria de mayo de 2018, el Banco Central de la República Dominicana (BCRD) decidió mantener su tasa de interés de política monetaria en 5.25% anual.

La decisión de dejar sin variación la tasa de referencia se sustentó en un análisis exhaustivo del balance de riesgos para la inflación, de los principales indicadores macroeconómicos nacionales, del entorno internacional relevante, de las expectativas del mercado y de las proyecciones de mediano plazo.

Asimismo, la inflación subyacente, vinculada a las condiciones monetarias, se colocó en 2.73% interanual. Los pronósticos señalan que la inflación se mantendría dentro del rango meta en el horizonte de política monetaria de dos años.

En el entorno internacional, el panorama económico se sigue caracterizando por el crecimiento de la producción mundial. En ese sentido, el Consensus Forecasts proyecta una expansión de la economía global de 3.3% en el 2018 y 3.2% en el 2019, bajo el liderazgo de los países industrializados y algunas economías emergentes. No obstante, mientras Estados Unidos de América (EUA) mantiene un alto dinamismo económico, el crecimiento en la Zona Euro y en Japón tiende a moderarse.

En este contexto, los mercados anticipan que continuará el proceso de alzas de tasas de interés en EUA, al tiempo que se mantendría una postura de política monetaria expansiva en el resto de las economías avanzadas. Como resultado del comportamiento macroeconómico y de las diferencias de posturas monetarias en EUA y la ZE, se espera una tendencia del dólar a apreciarse en los mercados internacionales.

Este comportamiento de la moneda estadounidense, conjuntamente con presiones al alza en el precio del petróleo, podría provocar un cambio en la postura de política monetaria en algunas economías emergentes a través de incrementos en sus tasas de interés de política monetaria.

Bajo este panorama, según Consensus, la economía de EUA crecería 2.8% en 2018 y 2.6% en 2019, a la vez que la economía de la Zona Euro se expandiría en 2.3% y 1.9%, durante esos años, respectivamente.

Por otro lado, en el mundo emergente, las economías BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) continúan creciendo encabezadas por la India, que se expande a una tasa mayor a 7.0% en lo que va de año y por China, que registró un aumento de su producción real de 6.8% en el primer trimestre.

Brasil, el gigante latinoamericano, estaría creciendo 2.5% en el año 2018 y 2.9% en el 2019. En el caso de América Latina como región, Consensus presenta perspectivas de crecimiento de 2.7% para 2018 y 3.0% para 2019, excluyendo a Venezuela que continuaría en recesión.

En el contexto interno, la actividad económica continúa evolucionando favorablemente como se observa en la trayectoria que lleva el indicador mensual de actividad económica (IMAE). En efecto, el IMAE creció 7.5% en términos interanuales en el mes de abril y 6.7% durante los primeros cuatro meses del año.

A la vez, el componente de tendencia-ciclo del IMAE se expande 6.6% en abril, muestra de que la economía se mantendrá creciendo por encima de su potencial. Este dinamismo ha sido el resultado, en gran medida, del estímulo monetario provisto el pasado año por la reducción en la tasa de política monetaria y en el encaje legal.

Como resultado de estas medidas, los préstamos al sector privado en moneda nacional continúan creciendo cerca de 13% interanual al mes de mayo, a la vez que los agregados monetarios presentan tasas de crecimiento por encima de la expansión del PIB nominal.

Por el lado del sector fiscal, los ingresos por recaudaciones se han mantenido durante los cinco meses del presente año consistentemente por encima del monto presupuestado. De mantenerse esta tendencia, la política fiscal lograría cumplir la meta de déficit de -2.2% del PIB, establecida en el Presupuesto de 2018.

En el sector externo, el aumento de los precios del petróleo está siendo compensando por un mayor dinamismo en las actividades generadoras de divisas, tales como el turismo, las remesas, las exportaciones de bienes y la inversión extranjera directa, lo que contribuye al mantenimiento de la estabilidad relativa del tipo de cambio y al fortalecimiento de las reservas internacionales.

El Banco Central de la República Dominicana reafirma su compromiso de conducir la política monetaria orientada al logro de la meta de inflación y el mantenimiento de la estabilidad macroeconómica. En ese sentido, seguirá monitoreando la evolución de la economía mundial, así como los principales riesgos en el contexto doméstico, a fin de adoptar las medidas necesarias ante posibles efectos sobre la estabilidad de precios y el buen funcionamiento de los sistemas financiero y de pagos.