MOSCU.– Las autoridades en Rusia examinan detalladamente la escena del atentado con bomba en el aeropuerto Domodedovo de Moscú en busca de de pistas que ayuden a identificar los responsables del más reciente ataque contra la capital.
La explosión del lunes, atribuida a un ataque suicida, se produjo en la congestionada sala de llegada de la terminal internacional de Domodedovo donde se cobró la vida de 35 personas e hirió a más de 100, varias de ellas de gravedad.
Y muchos en Rusia sospechan que militantes del Cáucaso Norte son los responsables del atentado.
Extremistas de esta volátil región frecuentemente son acusados de ataques de esta naturaleza que en el pasado también han tenido como objetivo la capital rusa.
E informes no confirmados de la agencia noticiosa rusa RIA Novosti citan a una fuente de seguridad diciendo que hace una semana se recibieron advertencias sobre un “acto terrorista” que sería perpetrado en uno de los aeropuertos de la ciudad.
La agencia añadió que la policía busca a tres sospechosos en conexión con el ataque.
Kremlin vs. el Cáucaso
Hablando por televisión, el presidente Dimitri Medvedev prometió dar con los responsables y llevarlos ante la justicia.
El mandatario pidió al fiscal general que encabece la investigación sobre el ataque al tiempo que ordenó incrementar la seguridad en toda la capital, incluyendo aeropuertos y otros centros de transporte.
“A juzgar por el lugar y otras señales indirectas, este fue un ataque terrorista bien preparado que tenía como objetivo matar la mayor cantidad de personas”, expresó.
Medvedev también reconoció que la pobreza, corrupción y el conflicto en el Cáucaso Norte son los principales problemas internos del país.
Algunos analistas señalan que grupos militantes luchando en el Cáucaso tienen como objetivo desafiar la idea que el gobierno preside sobre una sociedad segura y a salvo.
Larga lista de ataques
Según el corresponsal de la BBC en Moscú, Steve Rosenberg, Medvedev parece incapaz de encontrar una solución que le traiga estabilidad a esa región y paz a Rusia.
Durante su gobierno varios ataques han sido perpetrados por extremistas del Cáucaso Norte.
En octubre de 2010, seis personas murieron cuando militantes se tomaron el parlamento de la república caucásica de Chechenia, que tiene grupos que buscan autonomía.
En marzo del mismo año, un doble ataque suicida en el metro de Moscú cobró la vida de 40 personas. El atentado fue adjudicado a dos mujeres de Dagestán, otra república del Cáucaso con movimientos separatistas.
En noviembre de 2009, el tren expreso de lujo en la ruta Moscú-San Petesburgo fue blanco de una explosión que mató 26 personas. Un grupo islámico del Cáucaso Norte reivindicó el ataque.
Y aunque Vladimir Putin, el antecesor de Medvedev y actual primer ministro, se forjó una reputación de actuar con mano dura contra este tipo de violencia, su mandato también se vio plagado de atentados.
Por ejemplo, en septiembre de 2004, rebeldes chechenos se tomaron una escuela en Beslan, en Osetia Norte, que terminó en un enfrentamiento armado en el cual 334 rehenes murieron, muchos de ellos niños.
Un mes antes, una atacante suicida se inmoló en una estación de metro en Moscú, matando a 10. Ese mismo agosto, dos aviones que despegaron del aeropuerto de Domodedovo fueron volados en pleno vuelo por atacantes suicidas. 89 pasajeros y tripulantes murieron.
El corresponsal de la BBC afirma que si se logra vincular el Cáucaso Norte al ataque del lunes, sería una señal más de que Rusia no ha podido derrotar la insurgencia en esa región ni que el Kremlin ha podido ganar su guerra contra el terror.