SANTO DOMINGO, RD.- Los jueces del Cuarto Tribunal Colegiado del Distrito Nacional, Pilar Rufino, Daniel Nolasco y Daira Medina,  aplazaron este miércoles para el próximo 23,  a las 9:00 de la mañana,  el juicio que se les sigue a los 9 presuntos sicarios de la red del boricua José David Figueroa Agosto, porque uno de los acusados alegadamente sufrió problemas de salud.

Los magistrados adoptaron la decisión,  debido que el imputado Ricardo Pérez Mateo (Maceta) sufrió una taquicardia, quien en otra ocasión ha tenido que ser  llevado a chequearse por el mismo problema  cardiaco.

También fue aplazado porque, además,  terminaron  el interrogatorio del testigo que estaba exponiendo en ese momento,  el coronel de la Policía Manuel Antonio Jiménez Feliz,  quien dijo que cuando sucedió el crimen en la Repostería La  Francesa fue asignado al departamento de Homicidios. En la audiencia también expuso el coronel de la Policía, Máximo Báez Aybar.

EXPONE CORONEL JIMENEZ FELIZ

Jiménez Feliz declaró que participó en las investigación del caso donde fueron asesinados Omar Antigua, el ex coronel José Amado González y Ruben Soto Hayet y que por esta razón interrogó a cuatro de los acusados  de vicariato:  Winston Antonio Rodríguez Tavárez (El Cangri), José Miguel Rodríguez Almonte (Job), José Aníbal Hidalgo (Molmo) y a Diómedes Moya Duran (Oreja).

También dijo que Moya Durán (Oreja), durante el interrogatorio,  declaró que recibió US$500 en papeletas de US$20 para que llevara a cabo las ejecuciones.

El oficial testificó que Rodríguez Almonte (Job) dijo  en su interrogatorio que el ejecutó al ingeniero Antigua y a los de la Plaza de La Francesa, y que  Rodríguez Tavárez (El Cangri), recogió al ejecutor en el vehículo luego de realizar el crimen, Gian Enrique Rojas Matos (Yan Carlos o Chico Raro) y Pérez Mateo (Maceta) se quedaron en la escena del crimen,  por si algo salía mal.

Antes de declarar el coronel Jiménez Feliz, fue interrogado  el también coronel Máximo Báez Aybar, quien investigó el teléfono que usaba Antigua, asesinado en el parqueo de Carrefeur.

EXPONE CORONEL BAEZ AYBAR

El oficial Báez Aybar fue interrogado en el tribunal, porque al momento de la muerte de Antigua era director de operaciones delictivas de la Policía, y  dijo que a través del teléfono se localizó a Rojas Matos (Yan Carlos Chico Raro), otro de los acusados de sicariato.

Báez Aybar dijo que el primer contacto que realizaron  para lograr el apresamiento de Rojas Matos fue ir a la casa de su madre,  Casilda Matos, ubicada en la calle Roberto Pastoriza.

Explicó al tribunal que llegaron hasta la dirección de la casa de la madre por especificaciones de dos empleados de la tienda donde él activó un celular a nombre de Radhamés Cuevas.

De acuerdo al oficial, Rojas Matos activó el celular en la tienda Súper Digital, ubicada en Los Prados.

Según Báez Aybar, en uno de los celulares Blackberry ocupados a  Rojas Matos, se encontró la foto de la placa del vehículo del decorador que prestaba servicios a Figueroa Agosto.

Este decorador y una vendedora inmobiliaria serían los próximos en la lista negra del capo boricua, que serían ejecutados por los sicarios, de acuerdo a declaraciones del coronel de la Policía.

El oficial reveló que la mujer que aparecía en la “lista negra”, había vendido 12 apartamentos en la Zona Oriental al presunto capo puertoriqueño.

Báez  Aybar se refirió a que la candidata a la muerte, cuyo nombre ha sido omitido por seguridad, había vendido las 12 viviendas a Figueroa Agosto, y que cuando éste era perseguido por las autoridades, creía  que la mujer se iba a quedar con sus propiedades.

Declaró que a uno de los celulares ocupados al imputado Rojas Matos, se le extrajeron conversaciones de él con personas de Sudamérica en la que éste trataba sobre el precio de la droga y por cuál vía podía ser trasportada, pero que tenían que ser más de 500 kilos.

Añadió que en la conversación, Rojas Matos explicaba que la droga podía ser transportada en un submarino, pero que si excedía de 50 kilos, por lo costoso del transporte.

Dijo que el encartado Pérez Mateo (Maceta) supervisaba las operaciones de muerte en una jeepeta, que servía de soporte.

Báez Aybar dijo que en las pesquisas visitó la casa de la madre de Rojas Matos, y que en unos de sus libros encontró un manuscrito de la señora donde mostraba preocupación por la situación de su hijo, y que según el investigador decía “las personas que mencionan en los medios son los pejes gordos que vienen a mi casa”.

Añadió Báez Aybar que Rojas Matos pagaba 30 mil dólares a cada sicario por muerte, porque éste era que contactaba a las personas que iba realizar el trabajo de sicariato.

También dijo que al momento de ser perseguido Figueroa Agosto, éste dejó el vehículo donde andaba, abandonado a una esquina de la casa de Rojas Matos.

Al respecto, Rojas Matos (Chico Raro) dijo que da pena que bajo juramento “ese señor hable tantas mentira”.

Sostuvo que si es cierto lo del escrito sobre la carta y sobre Figueroa Agosto, desconoce la existencia de la misma.