El cielo está un poco nublado, pero el sol no se esconde por completo para recibir al ícono del rock.
Seis miembros de seguridad del aeropuerto se alistan para recibirlo, y a su encuentro salen tres. Ese aparataje no es para cualquier turista.
Se abre la puerta del avión con capacidad para 12 pasajeros.
A lo lejos, entre las seis personas que salen de allí no se distingue con claridad a Sting, pero la guitarra que lleva a sus espaldas y su andar ligero con aires de sencillez lo delatan. Es el segundo en salir.
Cuatro músicos y su mánager son los únicos que acompañan al intérprete de la canción “Roxanne”.
Además de su guitarra, Sting lleva un pequeño bulto al costado y un abrigo gris en sus manos. No usa gafas de sol, a diferencia de sus compañeros.
Pausado y en silencio, el rockero entra a la sala de recibimiento.
Es sencillo en sus pasos y disfruta la libertad de no tener guardaespaldas.
Momento
Sting rompe el hielo al decir “hi”. Su mánager había prohibido con antelación las preguntas. Solo él decidiría si comparte unos minutos o se va inmediatamente.
¡Sorpresa! El cantante le da la mano a una periodista y se sienta cómodo.
Con una sonrisa de complacencia en su rostro, levanta un brazo y se toca la cabeza, coloca sus manos sobre sus piernas entrecruzadas y se deja fotografiar.
“Hace cinco años estuve en La Romana. Estoy muy feliz de regresar, el clima es agradable y estoy aquí para ofrecer un gran show”, dice en voz baja el aclamado ex Police.
Le preguntan si esta noche estará en Altos de Chavón con Juan Luis Guerra, y en dos ocasiones, el rockero manifiesta que no sabe de quién le hablan. Seguro que es una broma. Estuvo el pasado jueves en Curazao junto al dominicano, y en el 2006, el cantautor le tocó con su guitarra en el anfiteatro.
Un joven que hace la función de camarógrafo con un móvil para transmitir el encuentro vía Skype, interrumpe la conversación. Está inquieto porque las cosas no salen como él quiere.
El artista británico cumplirá 60 años en octubre y adelanta los nombres de algunos invitados que cantarán en su fiesta: Stevie Wonder y Lady Gaga. Esta fiesta será un concierto benéfico a favor de una fundación que lucha contra la pobreza en Nueva York.
El ruido no se pone de acuerdo con la tranquilidad de Sting. Quizá incómodo pero cortés dice: “Estoy muy feliz de regresar después de varios años”. Se marcha sin despedirse. El ídolo iría luego a Casa de Campo, donde lo recibiría parte del equipo de la revista Ritmo Social.
En algún momento se especuló que la personalidad de Sting centrada solo en su figura influenció en la ruptura de The Police.
El cantante es una gran estrella del rock, pero eso no empaña la sencillez que se filtra en sus maneras. Sting vino para celebrar esta noche en Altos de Chavón sus 25 años de carrera en solitario.
The Police fue brillante, pero sin su disolución, tal vez Sting no hubiese llegado al lugar que ocupa hoy.
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GIRA PARA CELEBRAR SU CARRERA MUSICAL
Sting se presenta esta noche en el anfiteatro de Altos de Chavón. Pavel Núñez abrirá el concierto.
Antes de regresar al país, Sting se encontraba en Curazao, en la segunda versión del festival de Jazz de la isla.
Sting compartió escenario con figuras latinoamericanas como Rubén Blades, Juan Luis Guerra, Chucho Valdés, Danilo Pérez, Los Van, Eliane Elías, Levi Silvani, Ronchi Mathews, entre otras.
El artista publicará el 27 de septiembre tres discos con 45 canciones, para para celebrar sus 25 años de carrera.
El material tendrá un libro con fotos íntimas de canciones completas y una introducción escrita por Sting.
El rockero, que ha vendido cerca de 100 millones de álbumes a lo largo de su carrera de 35 años con The Police y también como solista, ha llevado su gira “Symphonicity” por Europa y ha tenido éxitos en cada show.