“Vengar la muerte de Osama bin Laden” fue el motivo esgrimido por quienes reivindicaron este viernes el devastador ataque en Pakistán contra cadetes de la fuerza policial de ese país.
Las preguntas saltan en todas direcciones. ¿qué hay detrás de este ataque?, ¿es realmente la primera manifestación importante de “venganza” por la muerte de Bin Laden? ¿Jugó algún papel al-Qaeda?
En el doble atentado suicida murieron al menos 80 personas, la mayoría miembros de un centro de entrenamiento policial muy cerca de la frontera con Afganistán.
El blanco fue paquistaní y no estadounidense, ni se dirigió a intereses occidentales, en alerta global después de la muerte de Bin Laden, hace menos de dos semanas, a manos de fuerzas especiales de Estados Unidos.
El llamado “Talibán paquistaní” reclamó públicamente el ataque y las agencias de inteligencia occidentales, así como las autoridades de Pakistán, evalúan la credibilidad de esa afirmación.
Mientras tanto, analistas como el experto en temas de seguridad global, Paul Rogers, advierten de la importancia de distinguir entre los dos talibanes de la región: el Talibán afgano y el Talibán paquistaní.
El Talibán afgano, explicó en una entrevista con BBC Mundo, está inmerso “en una guerra insurgente de corte nacionalista, cuyo objetivo es lograr el mayor control posible en Afganistán”.
“Por otro lado, el Talibán paquistaní –distingue Rogers- es un grupo diverso de paramilitares islamistas, cuyo blanco es el Estado civil de Pakistán y tal parece que éste grupo es el responsable de los devastadores ataques de este viernes”.
Las fuerzas de seguridad paquistaníes han sido con frecuencia el blanco de ataques de esta naturaleza en el contexto de su guerra contra el Talibán paquistaní en la zona noroeste del país, señala el corresponsal de la BBC en Islamabad, Aleem Maqbool.
“El ataque de este viernes es el más sangriento de este año”, señaló.
Pakistán, “blanco fácil”
En las horas que siguieron a la muerte de Bin Laden, varios analistas especularon que la respuesta violenta más inmediata se daría dentro de Pakistán mismo y que provendría de islamistas radicales opuestos al Estado paquistaní y con nexos cercanos al movimiento al-Qaeda.
“Lo que buscan estos elementos radicales en Pakistán es un ‘genuino’ Estado islámico y eso trasciende el ataque a las Torres Gemelas y a la guerra en Afganistán.”
Paul Rogers, analista de seguridad global de la Universidad de Bradford, Reino Unido
Son ellos, y no el Talibán afgano, los que con más probabilidad están detrás de este ataque, reitera Rogers.
“El Talibán paquistaní se ve a sí mismo como parte de un movimiento global aunque fijado mucho en Pakistán mismo.
“Han actuado como receptores de miembros de al-Qaeda y es probable que haya habido intercambio de tecnología, ideas, planes y en modos de actuar en operaciones militares. Hay una conexión bastante cercana”, indicó el experto de la Universidad de Bradford, en el Reino Unido.
De acuerdo con el analista, hay mucho enojo en este grupo “por la forma en que Bin Laden murió.y por la manera en que intervinieron las fuerzas especiales estadounidenses en el corazón de Pakistán”.
Pero para este grupo, sugiere el corresponsal de asuntos globales de la BBC, Nick Childs, es mucho más fácil poner en la mira al Estado paquistaní, en particular, a las fuerzas armadas y la policía, que a Estados Unidos.
India y el nexo afgano
El analista Rogers insiste en poner el ataque en una perspectiva más amplia y señala que la muerte de Bin Laden podría ser sólo una excusa.
“Lo que buscan estos elementos radicales en Pakistán es un “genuino” Estado islámico y, de varias maneras, eso trasciende el ataque a las Torres Gemelas y a la guerra en Afganistán, y es parte de la inseguridad interna en Pakistán, y como tal no se ven muy afectados por la muerte de Bin Laden”.
Mientras Pakistán mantiene una guerra interna contra “su propio Talibán”, el ejército paquistaní no deja de buscar vínculos con el Talibán afgano.
“Las autoridades de Pakistán están muy preocupadas, casi paranoicas, por el tamaño de la influencia de India en Afganistán y ven que la mejor ruta para mantener su propia presencia es guardar nexos con el Talibán y buscar garantizar que el Talibán afgano tenga un papel de largo plazo en el gobierno de Afganistán”.