Facebook reconoció que emprendió una campaña de desprestigio contra su rival Google, al contratar una firma de relaciones públicas para “plantar” en medios de comunicación artículos contra el buscador relacionados con la privacidad de sus usuarios.
La guerra de propaganda no es algo nuevo. Los gobiernos la emplearon durante décadas para que algunos medios publicaran información perjudicial para Estados enemigos. También algunas empresas la han empleado para denostar a la competencia. Lo nuevo es que nos enteremos.
Los detalles salieron a la luz pública cuando un blogger publicó el intercambio de correos electrónicos con la empresa de relaciones públicas, Burson-Masteller.
Burson había estado promocionando artículos a nombre de un cliente anónimo sobre la estrategia de redes sociales de Google.
Cuando los mensajes fueron publicados se desataron una gran cantidad de rumores sobre quién podría ser el cliente de la agencia.
No tan amigos
Pero fue el sitio estadounidense de noticias The Daily Beast el que reveló que el cliente era Facebook y la red social admitió su papel en los acontecimientos.
La empresa dijo que contrató a Burson-Marsteller para exponer algunas cosas que Google estaba haciendo y que exponían la privacidad de los internautas, pero rechazó haber autorizado una campaña de desprestigio.
“En vez de eso, queríamos que terceros involucrados verificarán que la gente no había autorizado la recolección y el uso de su información en Facebook y otros servicios para que Google los incluyera en sus círculos sociales, así como el que Facebook no autorizaba dicha acción”, explicó la empresa.
Google y Facebook llevan meses enfrascados en una batalla sobre cómo se deben manejar los datos de los usuarios de internet.
El gigante de búsquedas ha acusado a la red social de ser un “jardín amurallado” o “callejón sin salida” para los datos de sus usuarios, mientras que sus servicios o los de otras empresas permiten a Facebook importar a su sitio contactos y libretas de direcciones.
La red social, por su parte, se defiende diciendo que cuida la información de sus miembros y sólo puede autorizar el uso de ciertos datos cuando los usuarios están de acuerdo.
Guerra sucia
La estrategia de desprestigiar a un rival en el mundo tecnológico no es algo nuevo.
Hace pocos meses Google estuvo involucrado en un intercambio de declaraciones y mensajes con Microsoft respecto a cómo funcionaban sus motores de búsqueda.
El buscador líder acusó a Bing de copiar sus resultados de búsqueda, en tanto que éste reviró diciendo que Google frenaba la competencia.
Pero involucrar a una agencia de relaciones públicas es algo nuevo y no es visto con buenos ojos.
“Estoy tratando de imaginar la conversación que tuvieron Facebook y la agencia de relaciones públicas en cuestión. Yo siempre le recomiendo a mis clientes que algo que no deben hacer jamás es atacar a la competencia”, afirmó a la BBC Richard Merrin, director de la firma de relaciones públicas Spreckley.
“Esta presunta campaña de desprestigio es el último ejemplo público de alto perfil de lo que muchos en la industria consideran cómo la batalla de rencillas más grande que está ocurriendo en el mundo corporativo de EE.UU.”, agregó.
“No olvidemos que estamos hablando de dos empresas que han gastado miles de millones de dólares en posicionar una imagen de sí mismos cómo si se tratara de jóvenes californianos que practican surf, son buenas personas y calzan sandalias. Ahora lo ocurrido voló por los cielos esa imagen cuidadosamente construida”, finalizó.
Por su parte, bloggers de tecnología como Robert Evans, del sitio i4U, han dicho que lo único que demuestra el episodio es que “Facebook le tiene miedo a Google”.
Google no ha realizado ningún comentario sobre lo ocurrido, en tanto que la agencia Burson-Marsteller aseguró que “la tarea solicitada por Facebook debió haber sido declinada”.