Severiano Ballesteros, uno de los golfistas más destacados del mundo, murió, hoy, a los 54 años, en su casa del norte de España, tres años después de haber sido sometido a una operación para extirparle un tumor cerebral.
Ballesteros encabezó el mayor desafío que pudo enfrentar la supremacía estadounidense sobre las canchas.
Su muerte a los 54 años deja atrás una de las carreras más productivas dentro del deporte de los nueve hoyos.
El español acumuló 87 títulos, cinco de ellos grandes, y copó las canchas a lo largo de dos décadas.
En 1976, un adolescente Severiano Ballesteros terminaba segundo en el British Open. Sin embargo, el título mayor sería suyo en tres oportunidades en esta competencia: 1979,1984 y 1988.
Su figura se popularizó, en el Reino Unido, más allá de los dominios de los aficionados al golf con el diminutivo de “Sevi”.
“Sevi” acrecentó su fama con un spot publicitario en el que recomendaba en su inglés gutural, poco pulido y sin complejos, la bondades de una tarjeta de crédito: “no salga de su casa sin ella.”
Humildes comienzos
Ballesteros nació en la localidad cantabrica de Pedrena, en el norte de España, el 9 de abril de 1957.
Severiano Ballesteros provenía de una zona en España que no se distinguía precisamente por ser pródiga en canchas de golf.
Su padre era jardinero y tres de sus hermanos mayores, así como uno de sus tíos, se hicieron golfistas profesionales.
“Cuando Sevi estaba de buen ánimo, el mundo entero estaba feliz”
Peter Alliss, comentarista de golf de la BBC
Su hermano Manuel le regaló una vez tres palos y Severiano aguzó su talento en las noches de luna, en las playas cantábricas.
A los 12 años ganó un torneo de caddies y éste fue el comienzo de la aventura.
Aparte de los títulos ya nombrados, Ballesteros se ciñó los laureles de Augusta en 1980 y 1983 y ayudó a que Europa ganara la Copa Ryder cuatro veces.
En Julio de 2007, Sevi abandonó el golf debido a un dolor de espalda crónico que le hacía cada vez más difícil su desempeño.
La enfermedad
Sin embargo, el mayor de los obstáculos en la vida del golfista español no se presentó en la cancha. El 6 de octubre de 2008, Ballesteros perdió el conocimiento en el aeropuerto de Madrid.
El diagnóstico no dejó lugar dudas: se trataba de un tumor cerebral maligno. El golfista sufrió cuatro operaciones para extirparle el tumor, la primera de doce horas.
Sin embargo, la cirugía no fue suficiente y Ballesteros debió someterse a quimoterapia y radioterapia.
“Es del tamaño de dos pelotas de golf”, decía para describir el tumor que finalmente le quitaría la vida.
“Durante mi carrera, fui uno de los mejores en sortear los obstáculos que impone una cancha de golf. Ahora quiero ser el mejor al enfrentar el partido más difícil de mi vida con todas mis fuerzas” – dijo Ballesteros cuando dio a conocer la enfermedad que lo aquejaba.
En 1988, Severiano Ballesteros se casó con Carmen Botín, la hija de Emilio Botín, director del Banco Santander y uno de los hombres más ricos de España.
La pareja tuvo tres hijos y se divorció en 2004.
En 1997, Ballesteros dijo que le gustaría ser recordado como un embajador de su deporte, un jugador que tenía un don para hacer feliz a la gente.
El comentarista de golf de la BBC, Peter Allis, lo describe como “un luchador, tenaz, habilidoso, pícaro y encantador. Cuando Sevi estaba de buen ánimo, el mundo entero estaba feliz”.