Es un líder poco común: un poeta católico que dice necesitar “sólo 40 centímetros de espacio” para escribir.

Pero la muerte el mes pasado de su hijo Juan Francisco -de 24 años de edad- en un incidente atribuido a bandas de narcotraficantes, ha hecho que Javier Sicilia se convierta en la voz más alta en condenar la violencia que hace estragos en partes de México.

“Yo no soy un animal político”, dice Sicilia a la BBC en Ciudad de México.

“Soy una voz moral, que tengo que hacer esto por mis convicciones morales porque la gente me ha pedido que lo haga”, agrega.

Su dura crítica a lo que él llama la “estúpida estrategia” del presidente Felipe Calderón para combatir los cárteles de la droga ha resonado en amplios sectores de la sociedad mexicana que están cada vez más frustrados por la creciente violencia en muchas partes del país.

Más de 35.000 personas han muerto desde que a finales de 2006 Calderón lanzó una confrontación militar contra criminales pero la violencia no da señales de disminuir.

Así que cuando Sicilia, quien también contribuye con la revista mexicana Proceso, convocó a una serie de marchas simultáneas en todo México para protestar contra la violencia a principios de este mes, la gente respondió.

Miles de personas salieron a las calles en la Ciudad de México, en todo el país e incluso fuera, en algunas embajadas de México, con el grito de guerra: “¡Estamos hasta la madre! (hartos)”.

“Daños colaterales”

Sicilia, mientras todavía se ajusta a la cobertura mediática que su tragedia personal ha generado, parece considerar su nuevo papel no como una opción, sino como una obligación.

“Tengo que mostrar mi rostro por la dignidad de mi hijo, por todos los hijos que han muerto en esta batalla y aquellos que morirán en el futuro”, dice.

Sicilia estaba trabajando en Filipinas cuando oyó por primera vez del asesinato de su hijo y de otras seis personas más en Cuernavaca el 28 de marzo.

Sus cuerpos fueron encontrados en el interior y los alrededores de un vehículo, algunos presentaban signos de tortura.

Nadie sabe exactamente por qué Juan Francisco Sicilia y sus amigos fueron atacados.

Protestas contra la violencia en MéxicoMiles salieron a protestar contra la violencia luego de la convocatoria de Sicilia.

El único arresto vinculado al caso no arroja ninguna luz sobre las circunstancias de los asesinatos.

Y es por eso que muchos, incluido el propio Sicilia, han relacionado los asesinatos a la violencia general que ha envuelto al central estado mexicano de Morelos, donde se encuentra Cuernavaca.

Se cree que el área está en el centro de una batalla entre bandas rivales de narcotraficantes y grupos del crimen organizado.

Según Sicilia, cada vez más y más civiles inocentes, como su hijo, son asesinados como “daños colaterales de la guerra contra las drogas”.

Así que el poeta centra su crítica en la estrategia del presidente Calderón.

“Creo que Felipe Calderón es responsable de lanzar una guerra de una manera estúpida”, expresa, combinando la rabia con la frustración.

“Lo que esta guerra ha hecho es permitir que la corrupción de las instituciones que había tenido lugar durante años emerja, pero dejando a las instituciones completamente indefensas para hacer frente a la delincuencia organizada”, señala.

“Necesitamos un pacto nacional porque esto es una emergencia y tenemos que reconstruir el tejido de esta nación. Si no lo hacemos, vamos a entrar en el infierno”

Javier Sicilia, poeta

Sicilia ha sido criticado por centrar su ira en el gobierno y no en los criminales por el problema original -al utilizar a México para el transporte de narcóticos en EE.UU. y devastar algunas de las áreas utilizadas como rutas de contrabando.

El presidente Calderón, que recibió a Sicilia en el palacio presidencial después de los asesinatos, hizo una referencia al tema a raíz de las manifestaciones.

“No nos dejemos confundir”, dijo Calderón en un almuerzo con líderes empresariales a principios de este mes.

“Tenemos que decir ‘¡Basta!’ a los criminales que secuestran y asesinan. Ellos son el enemigo, no los que luchan contra ellos”, añadió.

Para Sicilia, el conflicto ha llegado a un nivel que requiere un enfoque más amplio, que incluya el compromiso de todos los mexicanos.

“Necesitamos un pacto nacional porque esto es una emergencia y tenemos que reconstruir el tejido de esta nación. Si no lo hacemos, vamos a entrar en el infierno”, asegura.

En cuanto a su poesía, Sicilia ha decidido acallar su voz.

Su último poema fue dedicado a su hijo, y fue escrito apenas unas horas después de la violenta muerte.