En ocasiones me habían contado del mal trato que dan algunos choferes del transporte público a los pasajeros, nunca pensé que la situación fuera tan exagerada, hasta que me tocó utilizar el servicio de de Villa Altagracia a Santo Domingo y encontrarme con el chofer de la ficha 20 de los carritos que viajan desde Villa hasta la avenida Máximo Gómez.
A ese señor que le dicen Javier solo le faltó quitarse la correa y darme una pela, porque yo iba a abordar un expreso y después que estaba en el minibús decidí quedarme porque iba lleno y tendría que viajar de pie (algo que deben evitar los choferes de los expresos y que es una costumbre, subir más pasajeros que los asientos que tiene el vehículo) y volví a buscar los servicios de uno de los carros que estaba en la parada del Kilometro 9 y fue cuando el señor en un tono amenazante me dijo que en sus carros yo no me iba, por la forma que me habló le pregunté si me conocía, porque creo que alguien que sepa quién soy es difícil que se dirija a mí en ese tono, pues según él le importaba muy poco quien fuera yo y si yo quería carro que comprara uno, él desconoce que gracias a Dios hace mucho que puedo desplazarme en un vehículo propio.
Para no entretener el cuento el caso fue que vi en la parada llenarse tres carritos y en ninguno, permitió el dueño de la parada que me montaran, desde luego que también apoyado por otros choferes, que al igual que él ven en el pasajero, que busca comodidad un enemigo. Pero como Dios está en todas parte hasta mi se acercó William, un chofer con una extraordinaria decencia, quien me dijo: no se apure se va conmigo, yo voy detrás y antes de que el Javier se fuera decidí utilizar la cámara que siempre llevo para hacer algunas fotos a fin de la que la gente sepa que con este señor hay que tener cuidado.
Quiero además recomendar a los directivos del sindicato que lleve ese chofer adonde un profesional de la conducta a ver si puede entender cuál es su rol y evitar que se encuentre con un pasajero que sea igual que él y pase alguna desgracia.
Por personas como esa se pierden las cosas buenas que puedan hacer los sindicatos, porque esos carritos no aumentaron diez pesos al pasaje como lo hicieron los minibuses esta semana y no lo aumentaron porque al tal Javier no le tocó tomar esa decisión, porque como él es enemigo de los pasajeros de seguro que está de acuerdo con que suban el pasaje.
Y precisamente por persona como él es que los profesionales residentes en Villa Altagracia preferimos cargar con el costo de viajar a Santo Domingo diariamente en vehículos propios y no ser desconsiderados por un irresponsable chofer que disfruta con el mal trato al pasajero.
Si usted conoce a Javier dígale que se pasó con William Rodríguez y que espero que en lo adelante lo piense antes de ofender a quien no conoce. Y me atreve a utilizar el plural y decir a Javier el chofer que mal trata a los pasajeros, porque se seguro esta es costumbre.