TOKIO, Japón.- Un nuevo incendio se desató en la planta nuclear de Fukushima Daiichi ubicada en el noreste de Japón.

El fuego se localiza en el reactor cuatro de la central atómica golpeada por el sismo de 9,0 grados del pasado viernes.

Las autoridades indicaron que las llamas son producto de la explosión de este reactor ayer lunes, pero que no pudieron ser sofocadas en su totalidad.

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Hasta ahora la instalación se ha visto afectada por cuatro explosiones, que han generando fugas radiactivas y el aumento de la preocupación mundial sobre el impacto de este siniestro en la salud.

Fallas de refrigeración

El principal problema que ha afectado a esta central atómica ha sido su función de refrigeración, provocando en sobrecalentamiento de sus reactores, lo que ha llevado a sus operadores al uso de agua de mar para bajar la temperatura.

La empresa a cargo de la central, la Tokio Electric Power Co, informó que se están haciendo todos los esfuerzos para detener este nuevo incendio.

El corresponsal de la BBC en Tokio, Chris Hogg, informó que las repetidas liberaciones de radiación debido a la explosión de los reactores -algunas grandes y otras pequeñas- están preocupando a los japoneses y a los países vecinos, que quieren que la situación sea controlada pronto.

La agencia de seguridad atómica de Japón indicó que la explosión de este fin de semana pudo haber dañado la cámara de protección del reactor número dos, lo que podría haber liberado vapor radiactivo.

Más de 3.000 muertos

Hasta ahora más de 3.000 personas han muerto por el sismo y posterior tsunami de la semana pasada. Se estima además que miles de personas están desaparecidas.

Las autoridades pusieron en marcha desde hace varios días un operativo de desalojo de un área de entre 20 y 30 kilómetros cuadrados alrededor de la instalación nuclear.

Japón sigue siendo sacudido por réplicas del poderoso sismo de la semana pasada.

Sin embargo, este martes el país experimentó un movimiento telúrico no relacionado con el del viernes. Su magnitud fue de 6,2 grados y se registró al suroeste de Tokio, lo que generó nuevas escenas de pánico entre los residentes de edificaciones altas de la ciudad capital.