TOKIO, Japón.- Las autoridades japonesas informaron que la explosión ocurrida este sábado en la planta Fukushima-Daiichi no afectó al reactor nuclear de la instalación.

Yuko Edano, jefe del gabinete japonés, aseguró que el estallido no fue en el contenedor del reactor y que los niveles de radiación en el lugar cayeron tras la explosión.

El estallido ocurrió en una de las centrales de Japón -250 kilómetros al noreste de Tokio- que sufrió daños tras el terremoto de este viernes.

Imágenes de la televisión mostraron una fuerte explosión en el lugar, seguida de una larga columna de humo gris. Los muros y el techo del edificio parecen haber sido destruidos.

Cuatro trabajadores resultaron heridos aunque las autoridades dicen que ninguno está en situación grave.

La explosión ocurrió hacia las 3:30 pm, hora local.

El gobierno también informó que permitirá a la empresa que opera la planta, Tepco 9501, llene el reactor con agua de mar a fin de enfriarlo.

Las autoridades temen que el reactor nuclear pueda fundirse después de que su sistema de enfriamiento se dañara por el terremoto.

El Organismo Internacional de Energía Atómica (IAEA, por sus siglas en inglés) había informado previamente que estaba solicitando información con urgencia sobre el incidente de parte de las autoridades.

Amplían zona de evacuación

El gobierno ha desplegado cientos de barcos y aviones para remediar la devastación del terremoto.

Las autoridades japonesas también informaron que ampliaron la zona de evacuación alrededor de la planta nuclear a 20 kilómetros.

Sin embargo, la policía impidió a Nick Ravenscroft, un reportero de la BBC, acercarse a menos de 60 kilómetros de las instalaciones asegurándole que era muy peligroso situarse cerca de la zona.

El periodista pudo ver autos y autobuses abandonando el área.

Mientras tanto la operación de rescate tras el terremoto y el tsunami que golpearon el país continúa.

Más de 1.000 personas perdieron la vida en el desastre natural y la mayoría de las víctimas fueron golpeadas por las gigantescas olas que ingresaron hasta 10 kilómetros dentro del territorio japonés, en el norte del país.

Poblaciones enteras desaparecieron del mapa y la ciudad de Rikuzentakada -con más de 20.000 habitantes- sufrió una gran destrucción. Ahí la policía encontró entre 300 y 400 cadáveres de residentes.

Más de 200.000 personas se encuentran en refugios de emergencia.

Decenas de miles de soldados japoneses y cientos de navíos y aviones han sido desplegados para participar en misiones de rescate y ayuda. Además, más de 50 países han ofrecido apoyo a Japón.

Antecedentes

Los efectos de la destrucción son patentes en varias poblaciones japonesas.

El incidente anterior más reciente que afectó a una planta nuclear en Japón sucedió en 2007, cuando el epicentro de un fuerte sismo se ubicó cerca de la central de Kashiwazaki-Kariwa, de siete reactores.

“Fue un temblor mucho más fuerte de lo esperado y fue un buen ejemplo de lo bien preparadas que están las centrales nucleares”, indicó Gordon.

Sin embargo, Steve Thomas, profesor de políticas energéticas en la universidad británica de Greenwich, destacó que, cuatro años después de aquel suceso, los reactores de Kashiwazaki-Kariwa acaban de volver a funcionar.

“Hubo cosas que no funcionaron como debieron y les costó años poner la central en servicio. Creo que fue un golpe para los japoneses que su planta no resistiera tan bien como esperaban”, sugirió Thomas.

En cambio, Dame Sue Ion, ingeniero nuclear de la Academia Real de Ingeniería del Reino Unido, resaltó que la legislación japonesa en cuestiones de seguridad atómica es extremadamente exigente.

“Las centrales nucleares japonesas se muestran como ejemplo de resistencia ante los sismos. Los sistemas de seguridad funcionaron como debían”, dijo Sue Ion.