Tres semanas atrás la aguda y juiciosa periodista Nuria Piera entrevistó al candidato presidencial de Haití Michell Martelly. Los tópicos fueron disimiles, pero se hizo hincapié en los temas dominico-haitiano básicos.El candidato Martelly, cuyo oficio más conocido es el de músico, trató de ser explicito en sus planteamientos, el idioma fue su mayor limitante pero no obstante expresó con la ayuda de la Sra. Piera algunos de sus “planes de gobierno”. Fue enfático y en entrevistas ulteriores ha sido reiterativo en expresar su mayor sueño: ver los niños haitianos cruzar la frontera dominico-haitiana sin restricciones, siendo una solo nación.¡Vaya sueño! Romper, derruir, descomponer, devorar, desechar, tirar por la borda, la lucha independentista, la sangre de nuestros fundadores y los 167 años de vida republicana. Desperdiciar lo poco logrado como institucionalidad nacional para complacer un ensoñamiento ajeno. Un sueño de alguien que considera, porque así lo ha expresado, un atributo enorme su capacidad para organizar una fiesta y la equipara con los requerimientos necesarios para dirigir un estado fallido como el haitiano. Insulso, irrespetuoso e ignorante por demás.Lo peor y lo que nos llama a la conciencia es que el planteamiento de Martelly ha calado en los votantes haitianos. Ante la imposibilidad de ofertar soluciones a los problemas locales él les ha cautivado con su sueño de ausencia de frontera y controles migratorios. Viniendo de un político se le creería a medias, por la capacidad de mentir de los mismos, pero de un neófito en política, quien tiene en su haber una vida díscola, marcada por el consumo de drogas y por la expulsión de la academia militar haitiana por embarazar la hija de un General: grandes aprensiones nos produce, puesto que es su mejor y mayor compromiso. La palabra que resume ese ejercicio irresponsable electoral es LA UNIFICACION. Ofrecerle este manjar a un pueblo desesperanzado, devastado, saqueado, corrompido, ha colocado al músico-político-candidato Sweet Micky en la amplia posibilidad de salir airoso en la segunda vuelta eleccionaria en este mes de Marzo 2011. Como la idea suena graciosa para los oídos de los haitianos, los cuales nos han invadido pacíficamente al no encontrar dignidad de vida en su país, la misma ha encontrado eco en intelectuales haitianos quienes aumentando el irrespeto que profesan por nosotros se atreven a decir “a los dominicanos que se estén quietos, esa es la solución y desde siempre la Hispaniola ha sido una sola con un solo país”. Muy lejos de solicitar nuestra cooperación quieren provocar obligación. Distantes de planificar el crecimiento de Haití propugnan por el detrimento dominicano.Descubierto en sus intenciones y alertado por sus asesores Martelly nos visita esta semana de nuevo, luego de los encuentros protocolares, ha conversado con la prensa. Esta vez se ha desdicho y negado sus expresiones de ruptura de los controles migratorios y legales dominicanos, pero la fiebre no está en la sabana: sus reales intenciones perduran. No hay segunda ocasión para una primera impresión. Nuestra preocupación radica en la valoración ante un triunfo de Sweet Micky Martelly, el cual provocaría hordas de haitianos dispuestos a tratar de hacer de hecho lo que no se ha podido por derecho, sustentamos nuestros recelos en la poca importancia conferida por las actuales autoridades nacionales al flujo migratorio haitiano y a la ausencia de defensa del fuero nacional. Por tanta desprotección estatal los dominicanos conscientes estamos compelidos a hacer un ejercicio de salvaguardia de nuestra Nación y a estar al tanto del devenir eleccionario haitiano con su discurrir posterior. Dios abra nuestro entendimiento ante el peligro que nos acecha, porque las intenciones haitianas no son de juego, son de que prontamente el idioma oficial sea espancreole.
Tres semanas atrás la aguda y juiciosa periodista Nuria Piera entrevistó al candidato presidencial de Haití Michell Martelly. Los tópicos fueron disimiles, pero se hizo hincapié en los temas dominico-haitiano básicos.
El candidato Martelly, cuyo oficio más conocido es el de músico, trató de ser explicito en sus planteamientos, el idioma fue su mayor limitante pero no obstante expresó con la ayuda de la Sra. Piera algunos de sus “planes de gobierno”. Fue enfático y en entrevistas ulteriores ha sido reiterativo en expresar su mayor sueño: ver los niños haitianos cruzar la frontera dominico-haitiana sin restricciones, siendo una solo nación.
¡Vaya sueño! Romper, derruir, descomponer, devorar, desechar, tirar por la borda, la lucha independentista, la sangre de nuestros fundadores y los 167 años de vida republicana. Desperdiciar lo poco logrado como institucionalidad nacional para complacer un ensoñamiento ajeno. Un sueño de alguien que considera, porque así lo ha expresado, un atributo enorme su capacidad para organizar una fiesta y la equipara con los requerimientos necesarios para dirigir un estado fallido como el haitiano. Insulso, irrespetuoso e ignorante por demás.
Lo peor y lo que nos llama a la conciencia es que el planteamiento de Martelly ha calado en los votantes haitianos. Ante la imposibilidad de ofertar soluciones a los problemas locales él les ha cautivado con su sueño de ausencia de frontera y controles migratorios. Viniendo de un político se le creería a medias, por la capacidad de mentir de los mismos, pero de un neófito en política, quien tiene en su haber una vida díscola, marcada por el consumo de drogas y por la expulsión de la academia militar haitiana por embarazar la hija de un General: grandes aprensiones nos produce, puesto que es su mejor y mayor compromiso. La palabra que resume ese ejercicio irresponsable electoral es LA UNIFICACION.
Ofrecerle este manjar a un pueblo desesperanzado, devastado, saqueado, corrompido, ha colocado al músico-político-candidato Sweet Micky en la amplia posibilidad de salir airoso en la segunda vuelta eleccionaria en este mes de Marzo 2011. Como la idea suena graciosa para los oídos de los haitianos, los cuales nos han invadido pacíficamente al no encontrar dignidad de vida en su país, la misma ha encontrado eco en intelectuales haitianos quienes aumentando el irrespeto que profesan por nosotros se atreven a decir “a los dominicanos que se estén quietos, esa es la solución y desde siempre la Hispaniola ha sido una sola con un solo país”. Muy lejos de solicitar nuestra cooperación quieren provocar obligación. Distantes de planificar el crecimiento de Haití propugnan por el detrimento dominicano.
Descubierto en sus intenciones y alertado por sus asesores Martelly nos visita esta semana de nuevo, luego de los encuentros protocolares, ha conversado con la prensa. Esta vez se ha desdicho y negado sus expresiones de ruptura de los controles migratorios y legales dominicanos, pero la fiebre no está en la sabana: sus reales intenciones perduran. No hay segunda ocasión para una primera impresión.
Nuestra preocupación radica en la valoración ante un triunfo de Sweet Micky Martelly, el cual provocaría hordas de haitianos dispuestos a tratar de hacer de hecho lo que no se ha podido por derecho, sustentamos nuestros recelos en la poca importancia conferida por las actuales autoridades nacionales al flujo migratorio haitiano y a la ausencia de defensa del fuero nacional. Por tanta desprotección estatal los dominicanos conscientes estamos compelidos a hacer un ejercicio de salvaguardia de nuestra Nación y a estar al tanto del devenir eleccionario haitiano con su discurrir posterior. Dios abra nuestro entendimiento ante el peligro que nos acecha, porque las intenciones haitianas no son de juego, son de que prontamente el idioma oficial sea espancreole.