Por Tito Valenzuela
República Dominicana. Un abogado, que labora en el equipo jurídico del Bloque Dominicano para los Derechos Humanos (BDDH), denunció que la tarde del lunes pasado fue víctima de “maltrato” por parte de dos empleados y una supervisora que laboran en el segundo nivel de la impresora Yeto Color, ubicada en la Zona Colonial, del Distrito Nacional.
El doctor Manuel Romero explicó que acudió pasadas las dos de la tarde al segundo nivel de Yeto Color a realizar un trabajo de impresión que necesitaba ser montado pero que dos de los tres jóvenes que laboran en esa área se mostraron indiferentes para atenderlo violando su derecho porque él es un cliente de esa prestigiosa empresa.
“Los dos empleados se mostró indiferente y se notaban apurados dizque trabajando con otros clientes. Sin embargo, se levantaban constantemente de sus asientos y uno de ellos de nombre Geuris conversaba mucho por teléfono. Cuando al fin, una señora que al parecer es la supervisora, ordenó a uno de los empleados que me atendiera, me tocó un empleado nuevo en esa área que desconocía lo que tenía que hacer”, dijo.
“A eso de las cuatro de la tarde, cuando reclamé porque entendía que era un “maltrato” porque el tal Geury y el otro ya habían atendido a varias personas y se hacían indiferentes con mi persona, entonces, la señora ordenó a uno de ellos me atendiera y me explicó que los empleados no están para realizar arreglos a los trabajos, sino para imprimir. Sin embargo, ellos tardan hasta una hora con un cliente, por lo que pienso que la supervisora mintió para defender la actitud de esos dos empleados”, afirmó Romero.
Explicó el activista de los derechos humanos que la señora le pasó el trabajo a otro empleado de Yeto Color y este le indicó. “Le dije que tenía que traer sus trabajos listos para impresión”. Al final, el empleado de Yeto Color le enseñó dos impresiones del trabajo por lo que Romero le advirtió que solicitó una sola impresión porque tenía dinero para pagar “una impresión”. Entonces, el empleado le dijo; “Ese es otro problema que usted tiene cuando viene aquí”.
Romero sostuvo que mientras reclamaba su derecho a ser atendido en Yeto Color otros clientes se le quejaron asegurando que esos dos jóvenes tardan hasta dos horas con una sola persona, por lo que creían había algo raro. “El propietario de Yeto, el señor Armando tiene que realizar una investigación para que este tipo de situaciones no se repitan porque al fin de cuentas a esos dos empleados no les importa la empresa”, consideró.
“De mi parte jamás volveré a Yeto Color a realizar ningún tipo de trabajo de impresión.”, indicó el integrante del equipo jurídico del BDDH, quien expresó que conversó con personas que estaban presentes y que más adelante dará a conocer otros casos.
Para contacto con el periodista Tito Valenzuela