NUEVA YORK._ El mecánico automotriz dominicano Alfredo González, residente en Manchester (New Hampshire), fue condenado a 20 años en la cárcel en la corte federal de ese estado, en la ciudad de Concord, por convicción de tráfico de heroína y fentanilo y formar parte de una banda internacional de narcos, dirigida por su compatriota Santos Guerrero Morillo.
La oficina del fiscal federal Scott Murray dijo en un comunicado que el mecánico, se declaró culpable de participar en una conspiración para traficar drogas, como miembro de una organización con base en Lawrence (Massachusetts).
González, de 50 años de edad, fue sentenciado después que un jurado lo declaró culpable en noviembre de 2017, por el cargo de conspiración para traficar heroína.
El mecánico es el último de un grupo de 15 acusados que se enfrentaron a un juez en relación con la red dirigida en Lawrence por la familia Guerrero, que distribuyó heroína desde esa ciudad, dijo Donald Feith, fiscal federal adjunto que procesó los casos.
La policía dijo que la red vendió 30 kilos de heroína entre 2013 y 2016.
González había sido condenado previamente por tráfico de narcóticos en Manchester en 1997, por lo que fue elegible para la larga condena.
Fue arrestado el 10 de julio de 2016, luego de que los agentes de vigilancia siguieron a González desde Manchester hasta un restaurante en Lawrence, donde se encontró con el capo Alberto Guerrero Marte para arreglar un trato por 500 gramos de heroína. Las autoridades detuvieron luego un vehículo operado por un vendedor que trabajaba para González y se apoderaron de la heroína.
Otros arrestados en la conspiración han recibido sentencias que van desde libertad condicional a 15 años, dijo el fiscal Feith. A tres de ellos se les desestimaron las acusaciones.
Guerrero Morillo, huyó a la República Dominicana cuando la policía comenzó a acercarse a la operación. Fue extraditado desde ese país.
El fiscal adjunto dijo que Morillo era el líder de la organización.
“La importante sentencia de hoy no solo responsabiliza al señor González por sus crímenes, sino que sirve como advertencia a los traficantes que alimentan la epidemia de opiáceos con drogas mortales para beneficiar y destruir las vidas de las personas”, dijo el agente especial de la DEA Brian D. Boyle.