LA ROMANA, RD. Tradicionalmente Alex Rodríguez ha sido un pelotero que ha sorprendido con sus actuaciones. Algunos lo sitúan con un alto potencial para ser una estrella de cine, amén de la fortuna de tener como parejas, a connotadas estrellas del arte, el cine y del deporte.
El que se presentara al II Ceremonial del Salón de la Fama del Béisbol Latino, acompañado de la famosa Camerón Díaz, no fue sorpresa para el mundo deportivo y artístico, ya que desde hace tiempo se presentan juntos en diferentes escenarios.
El tercera base del equipo de Nueva York fue reconocido con el “Premio a la Excelencia”, por establecer una nueva marca de cuadrangulares para jugador latino y ser el más joven en llegar a los 600 jonrones. Tiene la marca con 613 y lidera además los renglones de remolcadas con 1831, en anotadas con 1757 y en hits con 2817.
El acto solemne de exaltación se efectuó en el anfiteatro Altos de Chavón. En el mismo fueron exaltados Dennis Martínez, Manuel Sanguillén, Andrés Galarraga, Fernando Valenzuela, Edgar Martínez y Luis Tiánt, Ricardo Carty, seleccionados por el Comité Permanente de Exaltación.
También los veteranos Horacio Martínez, Oscar Prieto, Vidal López, Héctor López y Rubén Gómez.
La verdadera sorpresa que esta vez dejó en el público el mejor pagado en el negocio del béisbol fueron sus dos afirmaciones: su agradecimiento a George Steinbrenner porque le permitió su gran sueño de ser un jugador de los Yankees de Nueva y York y que aprendió a batear por la enseñanza de dos latinos, el Puertoriqueño Edgar Rentería y del dominicano Stanley Javier.
Refirió Alex que siempre hacía un aparte para cuestionar la forma de batear de Martínez y de Javier. Recordó que eran cerca de las 4:00 de la mañana, cuando Javier en tono joscoso preguntó “cuando es que este muchacho se va a callar”, en virtud de que no cesa de hacer preguntas sobre la forma de mejorar la ofensiva.
Durante su prolongada intervención en el escenario, reiteró su condición de dominicano y refirió el orgullo que sintió cuando estaba entrenando para representar su país en el clásico internacional de béisbol.
