El director de Educación del Banco Mundial, Jaime Saavedra, consideró hoy que la República Dominicana está ante una gran oportunidad para mejorar el sistema educativo y enfrentar el reto de la crisis del aprendizaje mundial. Saavedra se refirió al 4% del PIB que el país ha asignado desde el 2013 a la educación y mencionó cómo en la República Dominicana se ha comprometido a toda la sociedad con un Pacto Educativo y la ejecución de un profundo plan de reformas, incluyendo la modernización del Ministerio de Educación y el programa de Jornada Extendida, así como los esfuerzos por mejorar la formación docente.
Saavedra, quien visitó esta semana el país caribeño, se expresó en esos términos al encabezar junto al ministro dominicano de Educación, Andrés Navarro, el acto de presentación en Santo Domingo del reciente Informe sobre el Desarrollo Mundial 2018 “Aprender para hacer realidad la promesa de la educación”.
El Informe advierte que existe una “crisis del aprendizaje” en la educación a nivel mundial. Concretamente, señala que millones de jóvenes estudiantes de países de ingreso medio y bajo podrían perder oportunidades y percibir sueldos más bajos en el futuro debido a que la escuela primaria y secundaria no les brinda las herramientas necesarias para prosperar, limitando también las perspectivas de crecimiento económico de largo plazo. Según el informe, incluso después de asistir a la escuela durante varios años, millones de niños no saben leer, escribir ni hacer operaciones matemáticas básicas.
“La escolarización sin aprendizaje impactará las posibilidades de crecimiento de la economía en el largo plazo, pero la República Dominicana tiene la oportunidad de hacer del aprendizaje el objetivo central de las reformas del sistema educativo”, señaló Saavedra. “Mejorar la calidad de la educación es una condición fundamental para ampliar las oportunidades para todos y requiere la perseverancia y la alineación política del Gobierno, los medios de comunicación, los empresarios, los docentes, los padres y los estudiantes. Todos ellos deben ser conscientes que la inversión en la gente, y las mejoras en los aprendizajes en particular, son vitales para el crecimiento, la competitividad, y la mejora del bienestar. Las sociedades que lo interiorizan y lo toman en serio, son las sociedades ganadoras”.
Mejorar la calidad de la instrucción en el aula aún está pendiente en este y otros países de la región. En la República Dominicana la “crisis de aprendizaje” se refleja en los bajos resultados obtenidos en las pruebas diagnósticas de aprendizaje nacionales e internacionales. Aunque obtuvo el último lugar, el país tomó la decisión de compararse con países más desarrollados al participar en la Prueba PISA 2015, haciendo de estos resultados su línea base para las grandes trasformaciones que ya están en marcha.
La capacidad de gestión para el aprendizaje y el apoyo a la docencia siguen siendo los desafíos en la región. Los sistemas que no mejoran su gestión, no se enfocan en el aprendizaje de los niños y niñas, y aquellos donde el docente no es visto como el gran catalizador del aprendizaje estudiantil, se les dificultará acompañar a los niños y niñas en el desarrollo de habilidades cognitivas y no cognitivas básicas.
Para ayudar a los países en desarrollo a resolver la grave crisis del aprendizaje, el informe incluye medidas de política concretas como: realizar evaluaciones más eficaces de la situación, incluyendo evaluaciones diagnosticas del aprendizaje; utilizar la evidencia sobre lo que funciona y lo que no funciona para orientar la toma de decisiones relativas a la educación; y movilizar a los distintos sectores de la sociedad para impulsar cambios educativos que promuevan el aprendizaje para todos. Un sistema educativo incluyente fomenta el empleo, incrementa los ingresos, mejora la salud y reduce la pobreza.
La presentación del informe en la capital dominicana estuvo a cargo de la doctora Alexandria Valerio, especialista líder de Educación del Banco Mundial y contó con la presencia de Alessandro Legrottaglie, representante del Banco Mundial en el país, Mery Kasse, directora de Oficina de Cooperación Internacional y Julio Sánchez, Rector del Instituto Superior de Formación Docente Salomé Ureña. Asimismo, contó con la presencia de viceministros, oficiales del ministerio dominicano de educación, académicos, donantes y representantes del sector privado.
El Banco Mundial apoya actualmente el sector educativo en República Dominicana con una inversión total de US$53 millones en apoyo a la mejora en la formación docente, evaluación de estudiantes, implementación del nuevo currículo, uso del tiempo en la jornada extendida y sistemas de monitoreo de calidad de los programas de primera infancia, sistemas estadísticos, el uso de la información para la toma de decisiones y la gestión educativa a diversos niveles. Además, el Banco Mundial está brindando asistencia técnica y asesoría sobre cómo hacer que la tecnología tenga un impacto sobre el aprendizaje, así como en el reforzamiento de los procesos de gestión de riesgo en las escuelas a través del programa Escuelas Seguras del Banco Mundial.