Por Marino Ramírez Grullón
Hace buenos años que nuestro país no sufre desabastecimiento de productos agropecuarios aunque en sus momentos los precios han sido elevados, al menos en algunos de esos rubros.
Las importaciones de estos alimentos han ayudado bastante a que el abastecimiento sea oportuno, situación que ha sido criticada por algunos sectores del comercio.
Sin embargo y a propósito de las torrenciales lluvias que han afectado gran parte de los terrenos agrícolas esta situación podría cambiar.
Es decir la escases es un fenómeno que nos acecha por lo menos para el año próximo.
Algunos funcionarios gubernamentales piensan lo contrario y plantean que la población no tiene que temer pues supuestamente no habrá falta de productos en los mercados.
Observando fríamente los daños causados tanto a las plantaciones de plátanos, arroz y otros rubros podemos plantear que para enero se tendrá que buscar más dinero para comer productos agrícolas.
Oportunamente las llamadas visitas sorpresa del Presidente Danilo Medina y las inversiones realizadas mediante ese mecanismo han ayudado a mantener una gran parte de las manos y tierras agrícolas en producción.
Eso no es todo, porque lo que hay que proyectar es un plan de desarrollo agrícola que promueva el Ministerio de Agricultura a nivel nacional y en renglones fundamentales.
A muchos empresarios y comerciantes les conviene más la idea de importar hasta plátanos, yuca así como otros alimentos que son propios de nuestro país y que se dan en cualquier región.
Pero estos son los menos, lo que hace falta ahora es que para garantizar la alimentación de más de 15 millones de personas que componemos entre los del Censo, los visitantes y los haitianos hay que producir más.
Este es un reto del actual gobierno que con un poco más de esfuerzo y planificación podrá lograr esa meta sin recurrir a las importantes y sí a la producción local que además de garantizar abastecimiento también genera mano de obra a nivel nacional que necesitan los dominicanos.