VILLA ALTAGRACIA, RD.- La Policía Nacional sustituye a la fiscalía en este municipio y decide qué hacer con quienes presuntamente han violado la ley.
Esto quedó evidenciado en el caso de las bocinas incautadas por la uniformada a los propietarios de varios establecimientos que el comandante policial resolvió devolvérselas.
Lo que sucedió fue que los agentes de la Policía actuaron de su cuenta sin la asistencia de ningún fiscal, de ningún representante de Medio Ambiente, a la hora de llevarse las bocinas. Y en la mayoría de los casos lo hicieron de manera arbitraria.
Las bocinas en su mayoría fueron incautadas el viernes, por lo que los negocios afectados no pudieron trabajar el fin de semana completo, porque fue el lunes cuando presuntamente iban a recibir una charla del encargado de Medio Ambiente, para entregarle las bocinas, pero esa supuesta charla fue un conversatorio con el coronel de la Policía.
Con el accionar de los agentes de la Policía aquí se está afectando lo que debe ser una campaña anti ruido, porque es cierto que aquí hay zonas donde se abusa con el ruido, pero cuando se cometen allante como el que realizó la uniformada, lo que se hace es un daño, porque llevándose dos o tres están encubriendo a los verdaderos protagonistas del desorden y el ruido en este pueblo.
No se sabe si la fiscal se enteró que el Coronel Juan Félix Romero Rosario, la sustituyó y resolvió juzgar él a los propietarios de negocios a los que le devolvió su bocina. O sería que el coronel, tenía temor que la fiscalía lo juzgara a él por actuar de manera ilegal.
Además el coronel sustituyó la labor que debió desempeñar el encargado de Medio Ambiente.
Es hora de que las autoridades asuman sus funciones y no dejen que los agentes de la Policía nacional estén en las calles decidiendo cual bocina se llevan, sin estar acompañado de la autoridad competente.
Ojala alguien decida investigar a quién y por qué fueron incautadas las bocinas, que tres días después devolvió el coronel que actuó como fiscal, juez y encargado de Medio Ambiente.
Quien escribe está muy de acuerdo con una campaña contra el ruido, pero que se haga con toda la de la ley, no con una labor que permita a los agentes policiales decidir a quién van a molestar cada fin de semana.