Por Ramón Mercedes
Nueva York.- Los hispanos identificados como Luis Caraballo y Tiffany Morales junto a José Brefo Saspong, Michael Ward, Christopher y Jonathan Baldassano Lindenmuth, Melissa Buscemi, Sabrina Lindenmuth, Devin Ferrari, Joaquín Freire, Alfronso Manzo fueron detenidos en el condado neoyorquino de Staten Island, tras la policía haberle descamisado el mayor alijo de heroína en toda la historia de ese borough.
Más de dos años de investigación llevaron agentes de la Drug Enforcement Administration (DEA), NYPD, y la fiscalía de Staten Island para desbaratar la red y apresar los inculpados.
Como parte de la investigación conocida como “Bulevar Roto”, porque los distribuidores vendían a lo largo de Hylan Boulevard, los agentes confiscaron 948 sobres de heroína, cerca de $28 mil dólares y dos pistolas.
“Los acusados corrían una de las mayores redes de distribución de heroína, al vender su producto en calles residenciales, alrededor de los centros comerciales, restaurantes de comida rápida y en estaciones de tren de Dongan Hills a Tottenville”, informaron las autoridades.
“Este ha sido un golpe devastador para el comercio de drogas en esta ciudad y hacer nuestros vecindarios más seguro”, indicaron.
“Ellos fueron los primeros en operar como importantes traficantes, conocido como el estatuto “Drogas del Pivote Central”, en Staten Island y podrían enfrentar desde 25 años hasta cadena cadena perpetua si son declarados culpables”, sostuvo el fiscal Michael McMahon.
En ese mismo orden, otras 15 personas, entre ellas varias hispanas, fueron apresadas este miércoles por traficar grandes cantidades de cocaína y crack en el condado de Orange, al norte de Nueva York, informó la fiscalía federal en Manhattan.
Están acusados de conspirar y de posesión de drogas con intención de distribuir y que Juan Beníquez, uno de los arrestados, enfrenta además posesión de un arma de fuego, por lo que podría ser sentenciado a cadena perpetua.
Esta red llegó a vender crack y cocaína a informantes de la policía y se grabaron conversaciones en que se hacían arreglos para la venta de la droga. “Los residentes del condado de Orange tienen derecho a vivir y trabajar libre del tráfico de drogas”, indicó el fiscal Preet Bharara.