Por el periodista Salvador Holguín
Hilando Fino
Es sorprendente ver la doble moral con la que se maneja la clase política dominicana, se pasaron años acusando al dirigente político Hatuey De Camps Jiménez de cuantas cosas le vinieron a la mente y hasta donde aguantaron las páginas de los periódicos.
Para la memoria histórica vamos a citar algunos casos de los cuales lo acusaban en vida; la muerte del banquero Héctor Méndez, de corrupción y enriquecimiento ilícito en el gobierno de mi tocayo Salvador Jorge Blanco y otros más que por respeto a él y a su familia no voy a mencionar en este momento.
Las ponderaciones que le han hecho los líderes políticos vivientes del PLD, PRD, PRSC y PRM están cargadas de simulaciones y falsedades, porque esos que hoy lo aúpan eran los que permitían o patrocinaban ataques feroces contra él de los asesinos de moral de este país, como Vincho Castillo. Otros que a lo interno del Partido Revolucionario Dominicano le cercenaron las posibilidades de llegar a la Presidencia de la República, a pesar de sus condiciones excepcionales, impusieron la reelección por apetencias personales antipatrióticas.
En mi caso debo decir que con Hatuey De Camps en una etapa de mi vida periodística comunicacional tuve una diferencia, pero no personal sino ideológica, luego me distinguió, me respetó y hasta llegó a admirarme, a partir de ahí fuimos grandes amigos.
Cualquier ponderación que venga de personas morales, que no jugaron a la doble cara o el rol de “Pilato” que tiraba la piedra y escondía las manos, es poca para cualificar la trayectoria de posiciones firmes, decididas y sin dobleces del licenciado Hatuey De Camps. ¡Descanse en paz guerrero de mil batallas, defensor de la democracia dominicana y la institucionalidad!, de su amigo Salvador Holguín.