Estamos en el MES DE LA PATRIA. La Independencia de nuestra nación se conmemora este mes, es muy probable que nunca como ahora haya estado en mayor peligro de perderse. Lo peor es la poca importancia otorgada a esta posibilidad de parte de quienes gobiernan la Republica Dominicana.

La idea injerencista básica consiste en la creación de un estado binacional – República Dominicana/Haití – como modo de solución perfecta para ambos países. En torno a esa hipótesis actúan los países con grandes intereses en estos rumbos. Con deliberadas artimañas nos agrupan, nos asumen como estados fallidos, apañan los actos de corrupción y el narcotráfico y hábilmente endeudan nuestras economías, el objetivo primario es provocar nuestra indefensión ante las acciones unificadoras.

La República Dominica se contagia, se enferma y el turismo se ahuyenta; la insalubridad pre y post terremoto ha llegado a su clímax en Haití, el punto de contagio lo constituye la invasión pacífica desde el Oeste de la isla. El problema se acrecienta ante la ausencia de un Estado confiable y serio en Haití, lo cual ha impedido el arribo de las donaciones internacionales, los donantes solo ven un afán por apropiarse y malversar los fondos. Una nebulosa tan grande resulta imposible de ocultar a los ojos de un mundo globalizado y mucho menos cuando se percibe el desastre, el despilfarro y el descontrol gubernamental dominicano. Por no resultarles confiables optan por manejarnos a su merced y voluntad.

La torpeza gubernamental dominicana para el manejo del caso haitiano brota a borbotones. No defendemos nuestra Patria, ni aun cuando estamos cargando con los haitianos de manera informal pero real. No reclamamos la soberanía de nuestro territorio. Obviamente, esas y otras debilidades habrán de ser aprovechadas por los binacionalistas del mundo. ¡Dios no lo permita!

Hasta las señales enviadas como formas de cooperación desde la República Dominicana resultan ridículas, tomemos como ejemplo la intención de construir una universidad en Haití, a un costo US$30 Millones. Sepamos que la educación universitaria va dirigida a quienes han completado el nivel medio de formación académica y por causas altamente conocidas los haitianos tienen pocos bachilleres, lo cual indica que una universidad no está dentro sus requerimientos perentorios.

Si el gobierno dominicano está tan sobrado de recursos hasta para invertirlos en un centro de educación superior en Haití, obligado está a otorgar el mencionado 4% correspondiente por ley a la Educación. Educando sus ciudadanos la Republica Dominicana dejaría de ser un país donde las muestras de juventud sean Juancito el Bobolo y Toñitin el Tiguerazo, si sobra para educar a otros no debe remilgarse para hacer lo propio con nosotros.

Por lo tanto cuando se habla de que el problema educativo dominicano no es solo monetario…se miente. Pensemos en esa adolescente quien ha tenido que abandonar los estudios por haberse embarazado y carece de quien le cuide el bebe, su vida no puede quedar tronchada por ser madre a temprana edad, con recursos ella podría dejar su hij@ en una guardería y recibir un incentivo por estudiar… le estaríamos quitando una prostituta a las calles.

Por igual despertemos nuestra compasión cristiana ante otros hijos de Dios, cavilemos en lo maravilloso que seria para el jovencito lavador de carros, para el limpiavidrios o para el limpiabotas, poder reducir su extenuante horario de trabajo porque va a recibir un incentivo por estudiar….se reduciría la cantera de delincuentes nacional.

Similares afectos se producirían en quienes han debido de abandonar sus estudios para “buscársela” en cualquier clase de oficio, un incentivo económico les abriría el camino a la formalidad de vida y generaría nuevas esperanzas. Esto y mucho más se hace con dinero, tal vez no sea lo único pero sí es primordial.

Recuérdenlo, porque lo saben: ¡Ningún país se ha desarrollado sin educación! Honremos a los fundadores de la dominicanidad: eduquemos nuestros nacionales, independicémoslos y liberémoslos de la miseria eterna, enseñémosles el origen de nuestra Republica para que la sepan defender ante los invasores de nuevo cuño. La Patria necesita de todos, todos los meses.