EL AUTOR es mayor general retirado de Policía y periodista. Reside en Santo Domingo
Necesitamos cohesionarnos
“Reconozco que existe algo en la vida más molesto y degradante que un gobierno o político corrupto, es aquel que lo defiende…” Despertar Ciudadano. AC
Cambiemos la forma en que opera la política. Todo verdadero estadista debe estar comprometido con su pueblo y sentir lo que siente ese pueblo, sus problemas y preocupaciones en torno a las necesidades básicas, que son derechos, y que en nuestro caso, siguen ausentes en 170 años de vida republicana que llevamos.
Los últimos acontecimientos acaecidos en el país en relación a los crímenes, la violencia, corrupción y migración nos muestran la indiferencia del gobierno hacia su pueblo, pues, no se ha referido a ninguno de estos temas y al parecer lo único que le interesa es inaugurar escuelas, aún no cuente con las herramientas y los docentes para operarlas, además de las dádivas o prestamos a las pequeñas asociaciones en las diferentes comunidades. Estos hechos evidencian que los ministros y directores de las diferentes carteras que corresponden estas responsabilidades son inoperantes y simbólicos. Y que muy al contrario de lo que muestran las encuestas nuestro presidente carece de liderazgo y autoridad.
Lamentablemente nuestra sociedad tiene muchas trabas e impedimentos para cumplir y hacer cumplir la ley. Las instituciones encargadas de dar servicios y promover el desarrollo integrar y humano están de espalda a esas responsabilidades y de cumplir con las demandas o necesidades de las personas. Provocando así el deterioro cada vez más calamitoso de los servicios públicos que son derechos incumplidos desde siempre.
Pagamos los funcionarios o autoridades más caras del mundo, sin resultado alguno, pues no funcionan ni ejercen autoridad, son ineficientes y corruptos por participación u omisión.Somos una sociedad anómica que vive del desorden, donde reina la corrupción y la impunidad.
¿A qué me refiero? Si alguien quiere tener servicio de agua debe tener una cisterna con su bomba, si se quiere tener energía eléctrica debe poseer un inversor o un generador, el que necesita seguridad debe pagar un guardián privado, colocar alarma o vigilancia de cámara, el que necesita atención médica debe ir a una clínica, si quiere transporte debe gestionarlo o tener su vehículo y así sucesivamente los demás servicio deben ser proporcionados de manera personal e independiente.
“Nuestra justicia es cara y lenta” Así mismo los legisladores que conforman el congreso, “primer poder del Estado”, junto al Poder Judicial, deben ser un contra peso de los gobernantes y el equilibrio de los poderes públicos; además ejemplo del cumplimiento de las normas y las leyes que el mismo congreso sanciona, pero, son los primeros en violentarlas, defraudando a la sociedad que “representan” y que juraron proteger y defender. Para los congresistas dominicanos la política y sus responsabilidades se han convertido en un juego, una chercha o un negocio sucio. Con lo que evidentemente traicionan a sus electores.
El fundamento del derecho dominicano, la Constitución, la cual es ignorada, violentada y culturalmente considerada por nuestros gobernantes “un simple pedazo de papel” un instrumento de juego político que solo le reconocen valor cada cuatro años cuando renuevan el poder para mal gobernar, es decir, un círculo vicioso para dar paso a bellaquearías de los que controlan el poder en su momento, excluyendo los intereses colectivos, manteniendo a la sociedad sin estabilidad jurídica y entretenida en simbolismos politiqueros, sin dar respuestas a las demandas y necesidades del pueblo.
Somos la viva expresión de un Estado violento, inquisidor y abusador donde se esclavizan los empleados, se niega la justicia a los pobres, se malversan los fondos públicos o se roba el erario, se miente o engaña al pueblo, se maltratan los protestantes, se violan las leyes.
Podríamos concluir que la mayoría de las carteras e instituciones que conforman la administración pública del Estado dominicano son compañías por acciones asociadas al sector privado las cuales son administradas como una propiedad privada en las que se socializa el costo y se privatiza el beneficio, beneficio éste que queda repartido entre los incumbentes y los asociados privados en perjuicio y detrimento del erario público.
Los habitantes contribuyentes con los impuestos trabajadores y personas de bien con buenas costumbres, pagamos dos veces, primero al Estado a través del fisco, sin resultado alguno, pues, los servicios públicos no funcionan y cuando pagamos al servicio alternativo privado, también ineficiente y caro.
República Dominicana urge de líderes como Pepe Mujica quien ha demostrado que cuando se es presidente o funcionario debemos seguir siendo personas normales y que la política es para servir y no para el lucro.
“La democracia no es el silencio, es la claridad con que se exponen los problemas y la existencia de medios para resolverlos”. Jurista Enrique Múgica Herzog.
Dios les bendiga hoy y siempre.