Nadie puede llamarse a engaño, el doctor Leonel Fernández, con la oposición dividida, y aún con alta tasa de rechazo, tiene amplias posibilidades de retornar al gobierno en el 2016, con recursos económicos ilimitados y la lealtad de un amplio sector de su partido convertido en una corporación para el disfrute del poder.
La historia dominicana es de perpetuidad o inestabilidad, con siete presidentes que han gobernado dos tercios de los 170 años de la República, dos de ellos también dos terceras partes de los 53 años de la etapa democrática iniciada con el ajusticiamiento del tirano Rafael Trujillo Molina.
De vuelta a su casa
Tuvo repercusión la visita del expresidente Leonel Fernández al Palacio Nacional el miércoles 23, justo cuando unos 60 diputados de su partido y aliados lo proclamaban como próximo candidato a la presidencia de la nación, luego que su abogado Radhamés Jiménez asegurara que será escogido por aclamación y volverá al poder en el 2016. A principio del mes, 17 de los 31 senadores del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) también la proclamaron candidato.
Según declaró el propio Fernández, su visita al Palacio fue para conversar sobre potencial inversión extranjera, pero difícilmente un tema como ese agotaría una hora y cuarto. Más bien se cree que estuvo relacionada con el proyecto de ley para reconocer la nacionalidad de los dominicanos de ascendencia extranjera asentados en el registro civil antes de la polémica sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional. Es inminente su envío al Congreso, y se sabe que Medina y Fernández han establecido consenso para vencer resistencias de los promotores más radicales de la desnacionalización.
De cualquier forma, Leonel montó su espectáculo, con el histrionismo que le caracteriza, expresando nostalgia al volver a un lugar donde ha estado tanto tiempo, 12 años. Y luego, al referirse al despacio presidencial como si lo hubiese prestado, dijo que “el presidente Medina lo tiene muy bien cuidado, está bellísimo el despacho”.
Cuando los reporteros le preguntaron cuándo definiría sus aspiraciones presidenciales, el presidente del PLD, les aconsejó “estar pendientes de cómo sopla el viento”. Y cuando le mencionaron el respaldo de diputados y senadores, concluyó en que eso quiere decir que en las cámaras legislativas “los vientos están soplando”. Concluyó su recorrido triunfal visitando a su esposa Margarita Fernández, en su despacho vicepresidencial, donde ésta puso ingredientes al advertir que los vientos soplan, señalando el movimiento de su pelo suelto.
Apurando el paso
Es obvio que la mayoría de los fieles de Leonel Fernández anhelan su vuelta al poder, especialmente el entorno que ha acumulado fortunas multimillonarias, haciendo negocios y tráficos desde el gobierno, entre los cuales resaltan el muy cuestionado Víctor Díaz Rúa, exministro de Obras Públicas y tesorero del PLD bajo investigación judicial, y por el cual se ha pretendido revertir el derecho ciudadano a querellarse por corrupción. También su “casi hijo” Félix Bautista, otro blanco de grandes cuestionamientos, el constructor del metro Diandino Peña, Freddy Pérez y Mícalo Bermúdez, entre otros.
No se puede ignorar que Leonel sigue siendo dueño de un extraordinario carisma y capacidad comunicativa, lo que junto a su sagacidad y dedicación a la política, lo han constituido en lider de su partido y otros sectores sociales, especialmente los conservadores a los que ha dedicado grandes esfuerzos, heredando el apoyo que por décadas tributaban al expresidente Joaquín Balaguer.
Los tropiezos sufridos por Fernández en la reciente elección de nuevos dirigentes de su partido en aras del liderazgo del presidente Danilo Medina, y el que muchos llegaran a considerarlo en decadencia, determinó la ofensiva de más de la mitad de los legisladores, la reactivación de grupos de apoyo y el incremento de la publicidad en vías públicas proclamando que “Leonel y Danilo siempre juntos”, que “ya viene el líder” o “Acciona RD para que siga el progreso”.
La potencialidad de Fernández determinó que Temístocles Montás, Reinaldo Pared Pérez, Francisco Javier García y Radhamés Segura se lanzaran a una muy temprana campaña por la nominación presidencial del PLD, mientras otros como Francisco Domínguez Brito y José Tomás Pérez esperan a ver también “cómo sopla el viento”. Aunque Montás tiene la capacidad y madurez necesarias y Pared la secretaría general del partido, casi nadie les concede posibilidad de ganarle al doctor Fernández, aun con el apoyo público o disimulado del presidente Medina.
En la tradición dominicana
Casi nadie duda que Leonel está atrapado por la fascinación del gobierno y la acentuada tradición y cultura dominicana de que “el poder no se declina”, lo que explica que sólo siete presidentes hayan gobernado dos tercios de la historia de la República: Pedro Santana, Buenaventura Báez, Ulises Heureaux, Horacio Vásquez, Rafael Trujillo, Joaquín Balaguer y Leonel Fernández. Y estos dos últimos acumulan también dos tercios del “período democrático” iniciado tras el ajusticiamiento del tirano Trujillo.
El campeón en dominio fue Trujillo, montado sobre una de las peores tiranías del continente, a veces colocando presidentes títeres, para un total de 9 períodos en 31 años. Balaguer gobernó 7 períodos y 23 años, el primero, heredado tras el ajusticiamento del tirano, el segundo impuesto por la ocupación norteamericana, l970 y 74 sin que pudiera participar la oposición y 1990 y 94 con fraudes electorales.
Leonel Fernández ha tenido sólo tres períodos pero por elección popular, aunque todavía demasiado condicionadas por el abuso del poder del Estado. Si lograra un cuarto período entraría a un exclusivo club de sólo tres que han gobernado más de tres veces por elección popular, José Velasco Ibarra, en Ecuador, Konrad Adenauer en Alemania y Felipe González en España. El ecuatoriano es el campeón mundial, pues ganó 5 elecciones en base a su carisma y tal vez porque fue derrocado 4 veces, en lo que también tiene récord universal, por lo que sólo sumó 13 años de gestión. Adenauer renunció ante de la mitad de su cuarto período y González adelantó en un año la elección para sucesor. Fernández ha dicho que su partido gobernará hasta el 2044 y se asume que él aspira a una cuota de los próximos 30 años.
Fácil sin oposición política
Sin posibilidad de que el presidente Medina pueda ser repostulado y sin una oposición que capitalice el rechazo que le marcan las encuestas, Leonel Fernández tiene el carril abierto para alcanzar la nominación del PLD y volver al despacho del Palacio Nacional. Absorbió el Partido Reformista y se le atribuye el patrocinio de la división del Partido Revolucionario Dominicano, a través del pacto que firmó en el 2009 con el ingeniero Miguel Maldonado cuando éste era sólo excandidato presidencial. Con este se repartió las altas cortes, lo que constituye su fuerza en la lucha interna del perredeísmo.
Sólo que se fortalezca el proyecto de Convergencia en que están envueltos los sectores mayoritarios del PRD, y que impacte con una candidatura presidencial de amplio consenso, que tendría más carácter anti-Leonel que contra Danilo, podría pesar el rechazo que le marcan las encuestas al presidente del PLD. Y si el actual mandatario mantiene una aprobación tan alta como por sobre del 80 por ciento, podría tomar vigencia una posibilidad reeleccionista.
Aún así sería casi imposible sin el apoyo de Leonel conseguir los dos tercios de cada cámara legislativa para modificar la Constitución. Quedaría la posibilidad de un candidato auspiciado por el presidente Medina, que reivindique la forma de gobernar que lo ha investido como nuevo líder peledeísta y con escaso rechazo nacional. En el camino podrían producirse sacudimientos internos de consideración en el PLD y en el mismo gobierno, cuya autonomía quedará limitada por las luchas por la candidatura presidencial del 2016, que se incrementarán a partir del 16 de agosto cuando la gestión de Medina apenas llegará a la mitad, que históricamente marca el inicio del declive popular de los presidentes.
El gran escollo de Leonel
Muy cercanos del expresidente Fernández aseguran que éste no tomará una decisión final de buscar la repostulación, hasta no ver un mejoramiento de su posición en las encuestas, lo que también dependerá de que no haya un proyecto opositor consistente.
Fernández terminó su último período con el astronómico déficit fiscal sobre 150 mil millones de pesos, sólo en el gobierno central, con imagen de dispendio y corrupción que le han ganado mucho rechazo. En la última encuesta Gallup-HOY publicada en febrero el 47.7 por ciento lo consideró el gobierno más corrupto del último medio siglo, más un 4.8 por ciento que señaló su primer período. Sólo el 19 por ciento del universo y el 23 por ciento de los peledeístas lo preferían como candidato presidencial para el 2016. Aunque ya mejoraba en relación a los porcentajes del 11 y 16 y del 15 y 18 por ciento respectivamente, en las encuestas de enero y septiembre 2013.
Hay que advertir que en esas encuestas, aunque no se incluía el nombre del presidente Medina como tentativo candidato, por el impedimento constitucional, un alto porcentaje lo señalaban: 25, 48 y 49 por ciento del universo, y 28, 50 y 48 por ciento de sus partidarios, en las tres últimas encuestas. Nadie debe dudar que Fernández crecerá entre los peledeístas, que le agradecen inmensamente, si Medina no se constituye en actor. El problema con el universo de los electores es secundario mientras no haya alternativa real de oposición.-