POR LUIS D. SANTAMARIA
El autor es periodista. Reside en Monte Plata.
El presidente del Partido Alianza-País, doctor Guillermo Moreno ha hecho una juiciosa solicitud al Congreso Nacional la cual debería contar con el respaldo de los sectores conscientes del país de que se elimine el Barrilito y El Cofrecito.
El dirigente político es de opinión que esos recursos extras que se otorgan a los legisladores deberían ser asignados a un programa especial de apoyo a las madres solteras y desempleadas.
Ahora, lo importante es saber si los señores legisladores estarían en disposición de despojarse tan fácilmente de ese aberrante privilegio de manejar recursos millonarios provenientes del erario público en su beneficio y sin ningún control durante todo el año.
No creo que los señores congresistas que han hecho del Barrilito y el Cofrecito un modo vivendi vayan a hacerle caso a la digna propuesta que hace el doctor Guillermo Moreno tanto al presidente del Senado como al de la Cámara de Diputados, Reynaldo Pérez Pérez y Abel Martínez.
El presidente del Partido Alianza-País al hacer formalmente la solicitud calificó de inconstitucional el hecho de que en el presupuesto nacional del 2014 sean incluidos recursos para los planes sociales de los diputados y senadores.
El dirigente político quien ha asumido la vanguardia de la oposición solicitó a los congresistas que les permitan exponer sus consideraciones sobre el tema amparándose en el artículo 22.4 de la Constitución de la República.
Este artículo de la Carta Magna faculta a los ciudadanos y ciudadanas a formular peticiones a los poderes públicos para solicitar medidas de interés público y obtener respuestas convincentes de parte de las autoridades.
“Es inaceptable que los legisladores reciban todos los meses hasta un millón y medio de pesos extra por concepto del Fondo de Asistencia Social que nuestro pueblo bautizó como Barrilito y Cofrecito”, expuso
Bueno la propuesta está hecho, lo que falta ahora es saber es si los señores legisladores estarían en la disposición de auto privarse del aberrante privilegio de recibir anualmente sumas millonarias por ese concepto para los alegados planes sociales que dirigen en sus comunidades.