Los abogados de Michael Slager dijeron que su cliente disparó contra Walter Scott en defensa propia en el 2015, después de que ambos pelearon y Scott agarrara la pistola aturdidora de Slager. Ellos dijeron que la raza no tuvo nada que ver con la muerte del chofer de 50 años y que Slager nunca tuvo ninguna “animosidad racial” contra las minorías.

Aun así, Slager se declaró culpable en la corte federal por violar los derechos civiles de Scott. Como parte del acuerdo logrado en mayo, la fiscalía le retiró cargos estatales de homicidio. Hace un año, un juez estatal anuló el caso cuando el jurado no se pudo poner de acuerdo.

“Esta es una tragedia que no debería de haber ocurrido”, dijo el juez federal de distrito David Norton.

Un transeúnte grabó el tiroteo con su celular y el video fue divulgado ampliamente, desatando protestas en Estados Unidos mientras manifestantes dijeron que se trataba de otro ejemplo ofensivo de policías maltratando afroestadounidenses.

La familia de Scott testificó antes de que se leyera la sentencia y dijo que había perdonado a Slager.

“No estoy enojado contigo, Michael. Michael, te perdono, y Michael, ahora sí rezo por ti y por tu familia, porque hemos pasado por una etapa traumática”, dijo Anthony Scott, hermano de la víctima.

La muerte de Scott enojó a afroestadounidenses que durante años se habían quejado de que la policía de North Charleston acosaba a negros, parándolos o interrogándolos innecesariamente al combatir el crimen con mano dura. Pero tras la muerte de Scott, la familia de la víctima pidió calma a la gente y que dejaran que el sistema judicial siga su curso. La gente los escuchó.

Dos meses después de la muerte de Scott, un joven blanco mató a nueve personas negras durante un estudio bíblico adentro de una iglesia en Charleston.